No hay mejor lugar en la ciudad para disfrutar del ritual del passeig (paseo) que este ancho bulevar peatonal. Las Ramblas rebosan de actividad de día y de noche; son un paraíso para los amantes de la contemplación. Las estatuas humanas permanecen inmóviles entre la multitud, los músicos ambulantes tocan las melodías preferidas del público, los dibujantes trazan diestras caricaturas, los animados puestos crean un mercado al aire libre de flores de vivos colores y periquitos parlantes, y los quioscos venden algo más que prensa durante las 24 horas.
Hay muchos rincones que explorar mientras uno camina y cabe destacar los siguientes: