El mejor lugar para iniciar la visita a la ciudad de Úbeda es la esquina de la calle Redonda de Santiago con Obispo Cobos, donde confluyen los caminos que vienen de Linares, y por tanto de la autovía A - 4, Madrid - Cádiz, y de Baeza. Aquí se encuentra el Hospital de Santiago, el primero de los grandes monumentos con los que la ciudad cuenta. Edificado bajo la dirección de Andrés de Vandelvira entre 1560 y 1575, se trata de un edificio de gran porte patrocinado por Diego de los Cobos, obispo de Jaén y sobrino de Francisco de los Cobos.
Más allá de la verja que lo acota y de un amplio antuzano ajardinado se alza la potente fachada, de más de 70 metros de ancho, de dos plantas, con majestuosas torres en los extremos, la de la izquierda decorada en su coronación con preciosas tejas de cerámica vidriada. Sobria y con un gran alero que recuerda las construcciones nazaríes, esta fachada muestra una portada consistente en un arco de medio punto con enormes dovelas, detalle de ascendencia castellana que se repetirá en otros muchos edificios de la ciudad, sobre el que se ve un gran relieve con Santiago Matamoros bajo un frontón triangular adornado con flameros. El interior se articula en torno a un magnífico patio central de dos plantas, las dos semejantes,s formadas por arcos escarzanos sobre finas columnas corintias de mármol. en el centro se alza una delicada fuente de mármol y, cerca de ella, un pequeño pozo de piedra labrada. bajo el patio existe un aljibe construido en 1707 con una capacidad de 850 metros cúbicos. Con otros tres patios cuenta el edificio, dos laterales, mucho más austeros, y otro de grandes dimensiones en la parte posterior que ha sido transformado recientemente en un jardín renacentista.
Asomando al patio principal se encuentra la capilla, con las dos esbeltas torres que enmarcan la fachada. La portada consiste en un triple arco de medio punto cerrado con una espléndida reja forjada por Juan Álvarez de Molina. El templo tiene planta de hache, con dos cruceros cubiertos con bóvedas vaídas unidas por otra de medio cañón, las tres décadas con molduras y pinturas semejando mármoles realizadas por Pedro de Raxis y Gabriel Rosales. Muy notable es la sacristía, de planta rectangular, cubierta con bóveda de cañón rebajada adornada con casetones. Muros y bóveda aparecen cubiertos con preciosas pinturas de tema religiosa y mitológico. Del patio parte también la escalera que conduce a la planta alta. De carácter imperial, con hermosa balaustrada de piedra, tiene una deslumbrante cúpula sobre pechinas aveneradas, cubierta con casetones en los que figuran pinturas de santos y de reyes españoles. Hermosas pinturas cubren también los muros.
El Hospital se utiliza hoy como sede de diversas entidades de carácter cultura, sala de exposiciones y Biblioteca.
Más allá de la verja que lo acota y de un amplio antuzano ajardinado se alza la potente fachada, de más de 70 metros de ancho, de dos plantas, con majestuosas torres en los extremos, la de la izquierda decorada en su coronación con preciosas tejas de cerámica vidriada. Sobria y con un gran alero que recuerda las construcciones nazaríes, esta fachada muestra una portada consistente en un arco de medio punto con enormes dovelas, detalle de ascendencia castellana que se repetirá en otros muchos edificios de la ciudad, sobre el que se ve un gran relieve con Santiago Matamoros bajo un frontón triangular adornado con flameros. El interior se articula en torno a un magnífico patio central de dos plantas, las dos semejantes,s formadas por arcos escarzanos sobre finas columnas corintias de mármol. en el centro se alza una delicada fuente de mármol y, cerca de ella, un pequeño pozo de piedra labrada. bajo el patio existe un aljibe construido en 1707 con una capacidad de 850 metros cúbicos. Con otros tres patios cuenta el edificio, dos laterales, mucho más austeros, y otro de grandes dimensiones en la parte posterior que ha sido transformado recientemente en un jardín renacentista.
Asomando al patio principal se encuentra la capilla, con las dos esbeltas torres que enmarcan la fachada. La portada consiste en un triple arco de medio punto cerrado con una espléndida reja forjada por Juan Álvarez de Molina. El templo tiene planta de hache, con dos cruceros cubiertos con bóvedas vaídas unidas por otra de medio cañón, las tres décadas con molduras y pinturas semejando mármoles realizadas por Pedro de Raxis y Gabriel Rosales. Muy notable es la sacristía, de planta rectangular, cubierta con bóveda de cañón rebajada adornada con casetones. Muros y bóveda aparecen cubiertos con preciosas pinturas de tema religiosa y mitológico. Del patio parte también la escalera que conduce a la planta alta. De carácter imperial, con hermosa balaustrada de piedra, tiene una deslumbrante cúpula sobre pechinas aveneradas, cubierta con casetones en los que figuran pinturas de santos y de reyes españoles. Hermosas pinturas cubren también los muros.
El Hospital se utiliza hoy como sede de diversas entidades de carácter cultura, sala de exposiciones y Biblioteca.
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