Manhattan Beach, bastión de música surfera y cuna del voleibol playa, tiene hoy cierto aire chic, pero aún late su corazón de lobo de mar.
Sí,la zona del centro que discurre por Mahattan Beach Blvd ha vivido una explosión de modernos restaurantes y tiendas, pero su auténtico pulso está junto a la playa, donde los biquinis son pequeños, las olas suaves, y las sonrisas tan desmesuradas como las gafas de sol.
El renovado Sand Dune Park exige reservar para acceder a su larga y profunda duna natural de 30'48 m. Los niños lo pasan en grande rodando por la arena una y otra vez.
Surfistas sexis, criaturas que dan sus primeros pasos y amigas parlanchinas, todo el mundo va a Uncle Bill's Pancake House por sus famosas tortitas y gruesas tortillas (hay que probar la Istanbul, con pavo).
Wright's es una tienda de ropa de playa, quizás la más genial de Manhattan Beach.
Dado que la originalidad lleva a cualquier parte y los zapatos y el chocolate son reclamos conocidos, eso es lo que ofrece Elleni.
Original contrapunto a los bares de deportes inundados de diseño y alta definición en Manhattan Beach Blvvd. Ercole's es un agujero oscuro y desconchado con una puerta de establo abierta a todo el mundo, desde adictos a bares hasta clientes de pub yuppies, estrellas del voleibol y ebrios alumnos de colegio mixto.
La diversión familiar aguarda en el Roundhouse Marine Studies Lab & Aquarium, al final del muelle de 282 m. Para conocer amigos con alertas y admirar el nuevo tanque de profundidades oceánicas.
Ma D's es un antro italiano de barrio que encaja como unos zapatos viejos y ofrece pizzas de masa fina, raviolis caseros, cioppino fuerte y picante y pan recién horneado, todo servido con una sonrisa. La clientela vuelve una y otra vez.
La mejor cocina nueva de South Bay, moderna pero agradable y sin florituras se sirve en MB Post que ofrece tapas de inspiración internacional. Se puede comer en las mesas comunitarias del bar o reservar mesa separado del comedor.
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