Si hay una cosa que nos gusta mucho a mi pareja y a mí es ir a ver a ver monólogos de Goyo Jiménez. De todos sus espectáculos en Madrid, esta es la cuarta vez que vamos a ver uno y siempre, siempre lo hacemos encantados porque sabemos que lo vamos a pasar fenomenal.
Como suelo decir, la primera vez aprendimos una lección que para nosotros es muy valiosa. Cuando nos sacan al escenario o somos el centro de atención estamos tensos, y en nuestro primer monólogo nos pusimos en primera fila con tan mala fortuna que todo el rato nos mencionaba. Desde entonces nos ponemos en la parte del medio de los asientos y no cerca de un pasillo para que no nos pille por banda. De esta forma disfrutamos mucho más de todo.
Cuando conocimos a Goyo, lo hicimos a través de sus espectáculos del club de la comedia y de vídeos de Youtube donde comparaba a los españoles con los americanos (en concreto con los estadounidenses). Sin embargo, en todas las actuaciones a las que íbamos ni los mencionaba; cosa que echábamos de menos porque nos gustaba ese tipo de comparaciones (un poco exageradas, pero ciertas). Y, por fin, en el 2018 volvió a hablar de los americanos y no nos lo queríamos perder.
Amigas y amigos, quince años después del estreno del espectáculo Aiguantulivinamérica, llega la segunda entrega de la saga de monólogos más celebrada, llega… ¡Aiguantulivinamérica 2!
Sí, damas y caballeros: Vuelven las comparaciones entre el fabuloso modo de vida estadounidense y el, digámoslo así, menos glamuroso ir tirando de los españoles. Vuelven Mike, Joe, Susan, el pequeño Timmy y un montón de nuevos personajes, metidos de lleno en situaciones absurdas que a todos nos suenan y fascinan. Vuelven el surrealismo, el disparate, la complicidad y el ingenio mezclados a partes iguales. Pero, sobre todo, vuelve el único e inimitable experto en asuntos americanos, Goyo Jiménez. A su lugar favorito, al hogar de los valientes, a la tierra de la libertad. ¿Te lo vas a perder?
Nos gustó muchísimo porque por fin pudimos ver en directo esas comparaciones que tanto nos gustaban. Nos hartamos a reír y fue la mejor terapia para desconectar de la realidad durante dos horas y media. ¡Fue divino!
Por último quiero mencionar, que esta vez nos alegramos mucho al reservar las entradas que no empezara tan tarde como otras veces que nos costaba mucho aguantar hasta la hora del comienzo. Este evento empieza a las 22:00 en lugar de las 23:30, lo que no sabíamos que es que se alargaba tanto; pero bueno no nos importó porque lo pasamos fenomenal.
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