No hace mucho fui a una taberna en pleno corazón de Madrid para comer. Éramos un grupo bastante grande, 17 personas; por lo que tuvimos que reservar para que nos hicieran hueco ya que era fin de semana y seguro que estaría lleno.
El lugar se llama San Bruno y nada más entrar da la impresión de un local bastante limpio y grande. Tiene dos pisos, nos pusieron en el de arriba donde estuvimos muy tranquilos ya que teníamos ese salón casi para nosotros solo (exceptuando pocas personas).
Se puede comer tanto de carta, como de menú; y todas (éramos solo mujeres) nos decantamos por esta última opción que costaba 18 euros (había otros más caros con cosas más especiales). Por cada primero, segundo y postre se podía elegir entre cinco platos deliciosos.
De primero escogí setas empanadas con aliolí. Nunca había tomado algo semejante. Estaban deliciosas; ¡tanto que ni dejé una miga del rebozado! Solo de recordarlas se me hace la boca agua. He de hacerlas en casa.
A continuación, me comí huevos rotos con gulas y gambas. También muy rico y se notaba que estaba 100% casero (no como en otros sitios que las patatas son congeladas o los huevos precocinados) y hecho al momento. Es un clásico, pero no falla cuando uno va con un hambre atroz. De esta forma uno acaba realmente lleno.
Finalmente, elegí flan. Y como todo, buenísimo.
Sinceramente, aunque todo estaba riquísimo y era casero; me parece un poco caro. Creo que se aprovechan bastante porque están en un lugar bastante céntrico y va todo tipo de turismo. En otros sitios un poco más alejados de los barrios de Sol y Tirso de Molina, son más baratos y ofrecen prácticamente lo mismo aunque sea fin de semana.
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