Durante nuestra estancia en Alicante, además de visitar el Castillo de Santa Bárbara y la playa de Carabassi; también dimos un paseo por el corazón de Santa Pola.
Santa Pola es un pueblo pegado al sur de la capital muy acogedor que tiene unos bonitos atardeceres.
Caminamos tranquilamente por el paseo marítimo viendo las playas que hay (a topes aunque sea casi de noche) y mirando también los puestos que había de bolsos, bisutería y juguetes para los más pequeños.
A medida que avanzábamos, el cielo iba cambiando de color sobre nuestras cabezas debido a la puesta de sol: azul, naranja, rosa, violeta,... era un sin fin de colores y tonalidades que transmitía una tranquilidad absoluta.
Pasamos por el ayuntamiento y también por el puerto pesquero que hay donde pudimos ver cómo usaban la caña y también cómo salían y llegaban los barcos de la Isla Tabarca.
Sinceramente, tengo una espinita en mí porque he ido tantos años por esta zona y aún no he podido a ir a esta famosa isla; tengo muchas ganas de visitarla. ¡Espero algún día poder hacer realidad este pequeño sueño!
Como se nos hizo tarde, no pudimos visitar el pequeño castillo y la fortaleza que se encuentran esta tierras, pero sin duda en nuestro próximo viaje no fallará...
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