Tras la paliza del Museo de Ciencias Príncipe Felipe y el Hemisfèric, nos fuimos al hotel para descansar bien puesto que al día siguiente también nos esperaba otra paliza y yo quería estar fresca para ver lo que más me interesaba (lo bueno siempre para el final).
Aun cuando nos levantamos, nos dolía todo el cuerpo; pero no nos importó así que nos arreglamos y bajamos a desayunar al restaurante del hotel donde nos llenamos a tope para coger todas las energías posibles para visitar el Oceanogràfic. ¡Qué ilusión teníamos!
Como sacamos las entradas el día anterior desde el Museo de Ciencias, no tuvimos que tragarnos toda la cola que había formada para sacar los tickets, así que entramos directamente sin esperar.
Lo primero que pedimos nada más llegar fue un pequeño mapa para ver la localización de cada una de las partes de este parque.
Al pinchar la imagen veréis que se divide en las siguientes zonas:
- Entrada
- Mediterráneo: flora y fauna que se encuentran en el mar Mediterráneo.
- Humedales - Aviario: aves y tortugas que se están cerca de distintos océanos (dan una breve explicación de cómo viven estos tipos de animales).
- Templados - Focas - Medusas.
- Tropicales - Corales: flora y fauna que se suelen vivir en aguas tropicales.
- Islas - Leones marinos.
- Mar rojo: fauna y flora del mar rojo (también proyectan un documental del Oceanogràfic.
- Antártico - Pingüino.
- Ártico - Belugas y morsas.
- Océanos - Tiburones.
- Arcas del mar: edificio de educación e investigación (sólo se puede entrar con visitas guiadas).
- Delfinario: espectáculo con delfines.
Nos lo pasamos muy bien, pero es mejor hacerlo poco a poco porque sino uno acaba derrotado.
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