Desde la Diputación se descubre ya la mole inmersa de la catedral, cuya cara oriental se asoma a la plaza de San Francisco y a la calle Ramón y Cajal, a la que da un pequeño jardín en el que aparece una estatua de Andrés de Vandelvira, el gran arquitecto al que se debe el proyecto del magno edifico religioso. La construcción catedralicia se levanta sobre la antigua mezquita aljama de los musulmanes. Se hizo primero un edificio en estilo gótico que hacia 1525 fue necesario derribar debido a su mal estado, iniciándose a continuación la construcción de un nuevo templo que se consagraría en 1660, aunque las obras se prolongaron hasta 1801.
Dedicada a la Asunción de la Virgen , la catedral de Jaén es una obra de extraordinaria envergadura. Ocupa una superficie de 70 por 100 m, lo que da un total de 700 m2, distribuidos en una planta de cruz latina con dos logias laterales que se extienden desde el crucero hasta los pies y otra que antecede a la fachada principal. Esta última concebida con un gigantesco retablo barroco, es impresionante. Tiene 38 m de altura por 58 m de ancho, incluidas las torres, cuya altura es de 60 m.
La catedral jiennense impresiona por su robustez y grandiosidad. Su estilo es principalmente renacentista, como en su momento lo dispuso Vandelvira, aunque la dilatación de las obras propició la introducción sucesiva del neoclásico, el barroco y hasta el churrigueresco, los cuales, no obstante, no llegan a ningún momento a romper la prodigiosa unidad del conjunto. Consta de tres naves separadas por robustos y, sin embargo, elegantes pilares cruciformes corintios sobre altos basamentos y bóvedas validas. Adosadas a los laterales y a la cabecera figuran un total de diecisiete capillas. Sobre el crucero se alza una espectacular cúpula de tambor con linterna y sobre pechinas en las que aparecen los relieves de San Eufrasio, Santigo, Santa Catalina y San Miguel.
De entre todas las capillas la de mayores dimensiones y la más suntuosa es la capilla mayor. Ocupa el centro de la cabecera y se la conoce por ser el lugar en el que se guarda la precia reliquia del Santo Rostro que hadado fama a este templo a lo largo de su historia. El retablo principal, en el que se guarda la reliquia es de estilo neoclásico. Consta de banco, dos cuerpos y ático coronado por un frontón triangular. En el centro del cuerpo inferior se encuentra el relicario en el que se conserva el Santo Rostro. Aparece cubierto con una tabla pintada por Sebastián Solís. Detrás de esta tabla hay una puerta que se abre con dos llaves; tras ella hay una caja fuerte para cuya apertura se necesitan tres llaves; finalmente dentro de la caja se guarda una urna de plata y oro en la que se encuentra el Santro Rostro y cuya apertura se hace también con dos llaves. La sagrada reliquia está adosada a una tabla encastrada en un marco de plata y piedras preciosas, recordando un icono oriental.
Frente a la capilla se encuentra el coro, diseñado por José Gallego y Oviedo del Portal. En uno de los mayores de España y en el destaca la sillería. Realizada en madera de nogal y en dos fases, consta de sesenta y cinco sitiales en el coro alto y cincuenta y seis en el coro bajo, todos ellos con magníficas tallas de la vida de Cristo y del Antigo Testamento. En el brazo derecho del crucero se encuentran, como va dicho, la sacristía y la sala capitular, dos amplias salas, obra de Vandelvira, que se encuentran entre los espacios de mayor relieve del renacimiento español. En la sala capitular existe un altar con un magnífico retablo, obra de Pedro Machuca, procedente, al parecer, de la vieja catedral gótica. bajo estos dos dependencias se encuentra el antiguo Panteón de los canónigos, donde, en los años sesenta del siglo pasado se situó el Museo Catedralicio.
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