Uno de los mejores lugares para iniciar la visita a la ciudad es la plaza Jaén por la Paz, en la que se encuentra la estación de ferrocarril. Desde aquí, hacia el sur, se extiende la población más moderna de la ciudad, con el Gran Bulevar como eje. En esta zona se encuentra los parques Marcelino de Champagnat, Madres de la Plaza de Mayo y de la Misericordia, importantes espacios verdes dan fe de la preocupación e inquietud de la ciudad por un urbanismo humanizado.
Hacia el norte sube el Paseo de la Estación, vía de gran empaque e importancia, en el que destacan notables edificios de diferentes estilos, muchos de los de principios del siglo XX, y con gran número y variedad de comercios, entre los que no faltan algunos tradicionales de comestibles y coloniales.
En el número 29 de dicho paseo, se encuentra el Museo de Jaén, en un solemne edificio que data del primer tercio del siglo pasado y obra del arquitecto madrileño Antonio Flórez Urdapilleta. La planta inferior está dedicada a la arqueología, reuniendo una ingente colección de objetos de distintas épocas y periodos de toda la provincia, todo ello, distribuido a lo largo de once salas. Especialmente relevantes son las colecciones del mundo íbero que se localizan en las salas dos a cinco y que convierten a este museo en uno de los más importes de España en lo que se refiere a la cultura íbera. En la planta alta, encontramos otras nueve salas que reúnen obras de pintura y escultura de los siglos XV al XX de los más destacados pintores y escultores nacionales, incluidos los jiennenses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario