El edificio que se encuentra junto al postigo, como una isleta entre las calles Dos de Mayo y Arte, es un antiguo mercado de abastos, que se mantiene con puestos de artesanos en la puerta que comunica el Arenal con el centro monumental de la ciudad.
El Arenal es el sector en el que se agrupan los barrios portuarios y uno de los lugares comunes en la literatura de Cervantes, Quevedo o Lope.
El itinerario continúa por la calle Arte, una vía con pequeños comercios, que ya fue importante cuando pícaros, negros y esclavos tenían montado su emporio por estas calles.
La segunda bocacalle de la izquierda, ahora llamada Varflora, era la calle Carretería, donde se encuentra la capilla de la Carretería, sede de una hermandad fundad por el gremio de toneleros y carreteros, en la que se da culto a las imágenes del Cristo de la Salud y Nuestra Señora del Mayor Dolor.
Continuando por la calle Arte se llega hasta la encrucijada con las calles García de Vinuesa, Harinas, Castelar, Antonia Díaz y Adriano. Son vías que han perdido interés pero que fueron puntos de vida neurálgicos hasta que se cortó la corriente del río.
La calle García Vinuesa conduce directamente a las gradas de la catedral. En la calle Castelar durante un tiempo estuvo concentrado del barrio oficial de burdeles públicos, llamado el Compás de la Laguna; y en la primera bocacalle a mano derecha, denominada calle Gamazo, se encontraba el Arquillo de Atocha, única puerta que abría el muro que separaba los prostíbulos del resto de la ciudad. En este lugar se inventó la zarabanda, la danza más sensual del siglo XVI, en un tiempo en el que se contaron por millares las prostitutas que recibían a la cosmopolita clientela que atraía el puerto de Indias.
Los prostíbulos decayeron cuando el tráfico de mercancías se desplazó a Cádiz, y el Compás de la Laguna pasó a ser célebre como baratillo o malbartaillo, con centro en la calle Adriano, que se contempla al frente.
El barrio tomó este nombre por un mercadillo diario que organizaron los ropavejeros, chamarileros y ladrones para vender el fruto de sus hurtos. Fue una feria sin licencia real pero a la que acudían desde los mendigos hasta las señoras de más alta alcurnia en busca de gangas.
De todos los barrios del milenario Arenal este del Baratillo es el más importante de la Sevilla moderna, por ser enclave de añeja tradición taurina.
En la calle Adriano se encuentra, a mano izquierda la capilla del Baratillo, con las imágenes de Nuestra Señora de la Piedad y el Cristo de la Misericordia; este último forma un paso procesional de Semana Santa, con un grupo escultórico que representa la clásica Pietà renacentista. Es una de las hermandades que cuenta con mayor número de toreros entre sus cofrades.
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