Hace muchos años, tuve una época en la que iba todas las semanas al Wok Garden a cenar; lo cual dejé de hacer porque cada vez iban subiendo más y más el precio, por lo que no me compensaba ir tanto ahí.
Desde entonces, no he vuelto a ir hasta hace bien poquito que volví con mi pareja como algo excepcional ya que teníamos una celebración.
Cuando entré (esta última vez) recordé por qué iba tanto a este sitio... me pegaba unas buenas mariscadas de todo lo que más me gustaba y de postre habían muchísimas chucherías. Acababa a tope con las comilonas que me metía al cuerpo.
Nos sentarnos en una mesa cerca de la comida para no tener que darnos paseos largos, ya que no somos como muchas personas que se llenan el plato hasta arriba, preferimos ir comiendo poco a poco y lo que necesitamos sin excesos.
Yo decidí empezar por algo light como ensalada, un poquito de arroz tres delicias y pan chino. Después ya me lancé al marisco, pero solo fui capaz de comer unos pocos langostinos y anillas de calamar... Solo lleva 3 de cada y con tan poca cosa, me llené por lo que no pude seguir con el marisco si no quería irme sin comer postre.
La gente que me conoce sabe que no me gusta ir a restaurantes asiáticos, por motivos personales, pero aquí tengo la excepción. A este no me importaría repetir ya que sé de primera mano qué es lo que ponen y lo hacen como yo quiera. Además, el último al que fui (es el que está en Alcorcón), las personas que están encargadas de la cocina son argentinos por lo que me entienden perfectamente a la hora de pedir las cosas (el de Las Rozas me costaba mucho comunicarme con ellos porque no hablaban ni español ni inglés; tenía que pedirlo todo por señas).
¡Deseando volver!
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