Año tras año, siempre voy a la Feria del Libro de Madrid. Haga buen o mal tiempo... y, en ocasiones me puedo pasar el día completo allí o solo pasar unas poquitas horas simplemente porque voy a alguna firma directamente sin entretenerme en los puestos.
En el pasado mes de junio, simplemente fui a un par de firmas de libros de Megan Maxwell deprisa porque hacía mucho frío y amenazaba el cielo con llover.
El primer día, fue durante el lanzamiento del libro El Proyecto de mi Vida, pero no pude comprarlo porque iba con prisas y no quería entretenerme mucho, por lo que llevé un par de novelas que ya tenía en casa de regalos que me habían hecho a lo largo del año.
Salí encantadísima porque siempre está muy simpática y atiende con una sonrisa. Además, a las que solemos ir muy a menudo nos reconoce perfectamente. En esta primera jornada, ocurrió todo super bien y sin incidencias... Sin embargo, no puedo decir lo mismo de la segunda.
Después fui, un sábado a las 11:30 am con mi marido para que nos firmase otros 4 libros que tenía nuevos suyos. Llegamos media hora antes del evento porque sabíamos que se iba a formar cola y no queríamos estar de los últimos.
Por delante nuestra, había como unas treinta personas y tardó en firmarnos más de dos horas, por lo que deduzco que mucha gente se coló porque normalmente no tarda tanto. Esta vez, lo tenían peor organizado. La fila se dividía en dos para no tapar el pasillo central de las casetas de la feria. Al partirse y tener poca vigilancia, cualquier persona que pasaba por ahí podía colarse perfectamente sin que se dieran cuenta los que estaban delante. Creo que esto fue lo que pasó durante la primera hora.
Si hubieran puesto a Megan Maxwell en la esquina de la caseta en lugar de en el medio, podía haberse girado la cola hacia atrás de esta para no interrumpir el tránsito de la gente y no se hubiese dividido la fila en dos; ya que ésta justo no tenía otra caseta a su derecha. ¡Fue una auténtica desesperación!
Nada de esto tiene la culpa la autora o la editorial ya que ellos no organizaron esta vez cómo se iba a formar la fila, sino realmente fue la caseta que no predijo que Megan tiene muchísimos seguidores y no la puso en el lugar adecuado, dejando en la esquina a uno que no lo conocía nadie.
Además, el cielo estaba más negro y parecía que iba a llover de un momento a otro, teníamos miedo de que los libros se nos mojasen.
Por si fuera poco, cuando llegó nuestro turno, justo se metieron con una cámara de televisión a hacerla una entrevista por lo que tuvo que parar de firmar durante unos minutos para atenderlos.
Cuando nos fuimos, volvimos la cabeza atrás y la gente se había multiplicado por 100 por lo menos así que le esperó un día largo a la escritora.
Nosotros nos fuimos corriendo después de nuestro turno porque se nos hizo super tarde para la comida y seguíamos con el temor del agua. Así que este año no he podido disfrutar como otros visitando cada una de las librerías y descubrir nuevas cosas.
Si hubieran puesto a Megan Maxwell en la esquina de la caseta en lugar de en el medio, podía haberse girado la cola hacia atrás de esta para no interrumpir el tránsito de la gente y no se hubiese dividido la fila en dos; ya que ésta justo no tenía otra caseta a su derecha. ¡Fue una auténtica desesperación!
Nada de esto tiene la culpa la autora o la editorial ya que ellos no organizaron esta vez cómo se iba a formar la fila, sino realmente fue la caseta que no predijo que Megan tiene muchísimos seguidores y no la puso en el lugar adecuado, dejando en la esquina a uno que no lo conocía nadie.
Además, el cielo estaba más negro y parecía que iba a llover de un momento a otro, teníamos miedo de que los libros se nos mojasen.
Por si fuera poco, cuando llegó nuestro turno, justo se metieron con una cámara de televisión a hacerla una entrevista por lo que tuvo que parar de firmar durante unos minutos para atenderlos.
Cuando nos fuimos, volvimos la cabeza atrás y la gente se había multiplicado por 100 por lo menos así que le esperó un día largo a la escritora.
Nosotros nos fuimos corriendo después de nuestro turno porque se nos hizo super tarde para la comida y seguíamos con el temor del agua. Así que este año no he podido disfrutar como otros visitando cada una de las librerías y descubrir nuevas cosas.
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