Flanqueada por edificios medievales con tejados a dos aguas y gabletes, esta maravillosa plaza es el centro neurálgico de Brujas. Los coches de caballos chacolotean entre terrazas de restaurantes y turistas armados con cámaras, observados por una estatua de Pieter De Coninck y Jan Breydel, líderes de los Maitines de Brujas. Es una de las zonas más turísticas de la ciudad, pero sigue produciendo un fuerte impacto visual y no hay que perdérsela; los miércoles, cuando la invado el mercado, es mucho más belga.
El Belfort
El símbolo de Brujas es el campanario del siglo XIII protegido por la Unesco que se eleva 83 metros sobre Markt. Al subir los 366 escalones se pasa junto a la cámara del tesoro, una campana triunfal y un carillón de 47 campanas que replica periódicamente. Desde lo alto se divisan torres, tejados y, más allá, los molinos de viento y las grúas de Zeebrugge. No se admiten más de 70 visitantes por tanda, en horas punta hay cola.
Historium
El Historium ocupa un edificio neogótico al norte de la plaza. Se trata de una experiencia multimedia que lleva a los visitantes hasta 1435: se puede contemplar el puerto antiguo o ver pintar a Van Eyek.
El mercado
Esta histórica plaza sigue acogiendo el principal mercado matinal de los miércoles. Lugareños y turistas compran quesos, embutidos, frutas, verduras, plantas y gofres, y todo a la sombra del pintoresco Belfort.
El Eiermarkt
Esta placita pegada al norte de Markt se reconoce por la columna de piedra coronada y por leones. La rodean cafeterías y bares, que ofrecen bebidas más baratas que en Markt y un ambiente más relajado.
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