El centro nacional del tebeo es una mirada atenta a la evolución de las tiras cómicas: cómo se hacen, artistas influyentes y sus creaciones, y dibujantes contemporáneos de tebeos. Aunque al viajero no le interese el "noveno arte", vale la pena asomarse al edificio, un almacén textil de hierro y cristal que diseñó Víctor Horta en 1906.
La invención de la tira cómica
Este viaje por la historia del cómic se remonta hasta los mosaicos y argumenta de forma convincente que los manuscritos de los monjes medievales, con tiras divididas y bocadillos, fueron los primeros tebeos. La evolución continúa hasta las historietas de los periódicos neoyorquinos del siglo XIX.
El museo de la imaginación
Esta galería se centra en el personaje de tebeo preferido de Bélgica: Tintín, creado por el gran Hergé. Presenta a Tintín como un "hombre normal y corriente" con una mirada vacía que puede convertirse en una abuelita, un indio con turbante o un sabio de barba blanca. En cambio, el voluble capitán Haddock es un volcán de emociones en erupción, mientras que los malentendidos y extraños comportamientos del profesor Silvestre Tornasol salpican el hilo argumental. Se exploran otros artistas belgas, pero más superficialmente; tal vez interese detenerse en las pequeñas criaturas azules de Peyo: los Pitufos.
El edificio de Horta
Proyectado en 1906 como unos grandes almacenes, presenta un suelo de baldosas arremolinadas, columnas de metal, vigas y rejillas y un techo de cristal que filtra la luz. A la entrada, una reproducción del cohete rojo de Tintín resalta sobre la piedra clara; a la derecha y hay una pequeña exposición sobre la construcción, el deterioro y la restauración del edificio.
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