Siempre que viajo a Andalucía, me entran ganas de tapitas y cosas típicas de allí para comer.
El primer día en Córdoba que estuvimos paseando para ver los monumentos, pasamos a la hora de la comida por una calle llena de bares de tapas y, sin ninguna duda, le dije a mi pareja que quería ya zampar. Por lo que buscamos un sitio más o menos que estuviera bien de precio para sentarnos y así saciar nuestro apetito.
Al final, el que más nos gustó a simple vista fue La Siesta Lounge Bar en la Plaza del Toro. A pesar de ser diciembre, hacía un sol radiante y todos los comensales estuvimos en la terraza con el calor tan extraño que hacía.
Tomamos unas ricas croquetas que tenían una bechamel muy fina y con muy buen sabor. Además, también pedimos sepia al ajillo (estaba muy buena) junto a nuestros refrescos. Sí, me diréis que era poca cosa para comer, pero es que no fueron tapas sino raciones gigantescas por lo que no pudimos degustar otros alimentos que ofrecían y que tenían muy buena pinta.
La verdad es que por poco dinero, quedamos super llenos y con ganas de volver al sitio ya que se come fenomenal y quería probar más cosas.
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