Partiendo de la base de que volar es muy incómodo y más pasando muchas horas ahí sentado sin poder apenas moverse, yo ya busco pasar un rato (sobretodo en vuelos largos) un poco mejor comparando con diferentes compañías.
Muchas son las veces que yo he tenido que coger un avión, ya que llevo viajando, afortunadamente, un montón de años y he tenido de todo (tanto bueno como malo) en todos ellos.
Normalmente, cuando viajo primero hago una comparativa de todos los vuelos a través de kayak para así ver diferentes empresas que ofrecen el servicio que yo busco en las fechas que yo quiero; así como los precios. Después de echar un vistazo global tengo dos alternativas:
- Si son pocas horas (cualquier lugar por Europa), no me importa usar compañías de low cost (tipo ryanair o easyjet) ya que es poco tiempo y puede ser más o menos soportable.
- Si, por el contrario, es un viaje muy largo, prefiero tener algunas comodidades (en clase turista) que no tienen las empresas de bajo coste: unos asientos un poco más amplios y con un poco más de espacio respecto al de delante, comidas y bebidas incluidas, más espacio en el compartimento de equipaje de mano, etc. Además, descarto dos o más escalas o vuelos directos; el primero porque se me hace eterno y el otro porque es muy caro. Por último, al hacer una escala prefiero que ambos aviones sean de la misma empresa (o que ambas estén asociadas como British Airways e Iberia) para evitar problemas a la hora de equipaje y tener así más posibilidades que vaya directo a mi destino final sin tener que esperar en el lugar de la escala a que me den mis maletas y pasarlas a una nueva cinta porque se pierde mucho tiempo.
Nada más entrar, lo que se aprecia es una amplitud bastante generosa respecto a otros aviones (sigue siendo algo incómodo, pero yo creo que hasta ahora la más soportable). La maleta de equipaje de mano (con medidas estándar) cabe perfectamente en su sitio sin tener que estar haciendo un puzzle o empujándola para poder cerrar el compartimento.
Cuando me senté en mi sitio, vi que habían puesto en todos los asientos unas mantas (más grandes y un poco más gruesas de lo normal) y unos auriculares, pero no eran de los malos; sino están bastante bien para ser un avión, además no tenían conexiones especiales ¡eran corrientes! extraño, ¿verdad? pero genial.
Las pantallas de cada asiento estaban bastante bien y no se bloqueaban cada dos por tres. Además, eran muy sensibles a la hora de tacto así que no hacía falta aporrearla con los dedos para hacer clic en un botón. Había un montón de películas en muchísimos idiomas, series, música, noticias, juegos y se podía ver el mapa de por dónde se iba (así como todos los datos del vuelo) e imágenes del exterior gracias a las cámaras que había tanto en la barriga del avión como en otros puntos del mismo.
No solo entraban las comidas habituales sino que podías pedir snacks, noodles y bebidas todo el rato, por lo que hambre no pasé. Eso sí, a las horas de comidas traían cosas un poco raras para mí (que nunca había tomado antes, pero aún así probé y algunas no me gustaron).
Lo que sí tengo que mencionar y que nadie me había dicho es que el personal era un poco agrio con los clientes e intentaban atenderte lo más rápido posible (incluso de olvidándose algunas veces de lo que había pedido) para irse a su sitio. En otras empresas, los trabajadores son más simpáticos y muestran que quieren ayudarte... sin embargo aquí no, eso lo eché en falta.
Independientemente de las azafatas, viajé bastante cómoda y si algún día se me presenta usar de nuevo Cathay Pacific, lo haré.
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