Cuando estábamos en Córdoba, mi pareja me dio una grata sorpresa: relajarnos y olvidarnos de nuestras preocupaciones en el Spa Hamman Al Ándalus.
Nada más entrar, me pareció que estábamos en Marruecos porque todo estaba decorado de forma muy moruna. Me olvidé totalmente que estaba en mi país.
Lo primero que nos hicieron, tras tacharnos la cita, fue llevarnos a una sala de espera donde pudimos degustar un auténtico té moruno y nos juntamos con otras personas que también esperaban a la encargada de hacernos el recorrido.
Cuando por fin, vino la mujer, nos condujo a los vestuarios donde hay que entrar con unos patucos (tipo hospital) para no manchar el suelo y siga desinfectado todo el rato. Allí, nos cambiamos de ropa y ya pudimos ir descalzos a cualquier lado.
En la primera sala hay un par de bañeras con agua totalmente helada (es aconsejable meterse aquí después de ir a la piscina de agua caliente o si hay una bajada de tensión; yo lo hice y enseguida se me pasó el mareo).
Después hay otra habitación gigante donde está la piscina de agua templada y también hay camillas con cortinas para que den los masajes. A la derecha hay otro cuarto con dos piscinas de agua caliente y donde está la sauna seca.
Durante todo el recorrido hay que estar en silencio y aunque es un poco molesto no poder comentar nada con nadie, luego uno se acostumbra y es la forma de relajarse totalmente. Además, en todo momento podemos tomar té y agua.
Aunque me atrae mucho la idea de un spa/balneario muchas veces acudo con miedo por el tema de los masajes. Normalmente, no me suelen gustar porque me hacen muchísimo daño y salgo peor de como he entrado. He de decir, que esto no me ha ocurrido aquí: salí relajada con los músculos sin tensión... ¡Una auténtica delicia!
Me ha gustado mucho este sitio y espero poder repetir algún día aunque sea en otra provincia (tiene varias sucursales). ¡Quiero de nuevo un masaje así y esos baños tan maravillosos!
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