Este lugar, cuyo nombre parece ser que proviene de Olivera, por la existencia en su término de numerosos olivos, es otro de los pueblos blancos declarado conjunto histórico-artístico en 1983, por la singular belleza y conservación que presenta, pues todo él es un monumento que la historia ha sedimentado en la extraordinaria serranía gaditana.
A los pies de un risco encrespado sobre el que aún permanece enhiesto un formidable castillo construido por los árabes a finales del siglo XII, a 130 de Cádiz y 70 km de Arcos de la frontera, a través de la A 384, Olvera asciende hacia la silueta de su iglesia y su fortaleza.
El castillo de Olvera formada parte de la línea defensiva de los nazaríes granadinos. De planta irregular, su lienzo de murallas arranca desde el ángulo sur, defendido por una torre semicircular, interrumpido a la mitad por otras dos torres gemelas unidas con un torreón final. En su interior, además de la torre del homenaje, existe un recinto subterráneo.
La iglesia de la Encarnación, arciprestal, que data de 1505, fue reconstruida en la primera mitad del siglo XIX y es un espléndido edificio neoclásico de tres naves cubiertas con bóvedas de cañón y arcos fajones. Su fachada de tres cuerpos unidos, está rematada por dos torres recortadas por el azul purísimo de la sierra.
La ermita de la Virgen de los Remedios, del siglo XVII, muy devota de los habitantes de Olvera, se encuentra a 2 km de la villa.
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