Vilanova de Arousa (Pontevedra, España)

Muy cerca de Vilagarcia de Arousa, se encuentra el municipio de Vilanova de Arousa; el cual visitamos también porque es muy bonito. Primero hicimos un recorrido por el lugar dentro de la península y después cruzamos a la Isla de Arousa que nos encantó muchísimo.

Los jardines del Pazo Vista Real son preciosos. La finca tiene una superficie total de 38.600 metros cuadrados, parte de la cual, algo más de dos hectáreas, están dedicadas al cultivo de viñedos. En cuanto a los jardines son un ejemplo patrimonial en si mismo, ya que cuentan con una importante riqueza floral que va desde camelias a naranjos, pasando por magnolias de gran envergadura y otras especies que conforman una espectacular zona verde. En la entrada principal, y a la derecha, una gran charca realizada en granito rodeada de flores y árboles centenarios. En el medio una preciosa fuente.

Vilagarcia de Arousa (Pontevedra, España)

Cada vez nos íbamos adentrando más y más hacia el norte de Pontevedra para visitar pueblos muy bonitos y que tienen un gran atractivo turístico, hoy me voy a centrar en Vilagarcia de Arousa que aunque no nos entretuvimos mucho si que nos gustó todo lo que vimos.

Una cosa que nos encantó fueron los Jardines Miguel Hernández. Éstos se localizan en la zona de ocio del Puerto deportivo en la avenida de la Mariña. Allí, está la Plaza de las Palmeras que como su mismo nombre indica con ocho especies traídas de la ciudad alicantina de Elche y en el centro una escultura realizada por el artista Emilio Mosquera y dedicado al poeta Miguel Hernández.

Combarro (Pontevedra, España)

Combarro es uno de los más pintorescos pueblos marineros de la costa gallega y más concretamente de las Rías Baixas. Con poco más de 1.500 habitantes, es un pueblo pequeño que ha vivido siempre del mar aunque en la actualidad el reclamo de su pequeño casco histórico hace que el turismo sea otra fuente de ingresos considerable. Su mayor atractivo son sus casas de piedra y hórreos, en contacto directo con el mar.

A diferencia de la mayoría de los pueblos y ciudades costeros de la zona, donde el terreno ganado al mar las últimas décadas permitió a muchos núcleos crecer en esta dirección, Combarro se mantiene intacta. Y es que tiempo atrás, cuando la pesca era el sustento principal de estos pueblos de costa, las casas de los pescadores hacían de amarre de sus embarcaciones y de almacén de sus capturas. Estas viviendas fueron levantadas sobre una enorme base de granito y se encuentran resguardadas por la calma reinante en las rías, a diferencia de otros litorales expuestos a mar abierto.

Pontevedra (España)

Estando en la provincia gallega de Pontevedra, no podíamos olvidarnos de hacer una pequeña parada en la capital.

Lo primero que tengo que decir de este sitio es una advertencia ¡Cuidado con las calles cuando uno va con el coche! La mayoría de las calles son sólo para los residentes de la zona y pueden poner multa. Es mejor aparcar fuera del casco histórico e ir andando al centro.

Una cosa que me llamó muchísimo la atención, es la cantidad de plazas que hay dentro del casco antiguo (llenas de restaurantes y bares de tapas) incluso algunas están muy pegadas a otras. En esta entrada no voy a mencionar todas sino algunas que me gustaron y algunas curiosidades que tienen.

Restaurante Las Antípodas (Pontevedra, España)

En un rinconcito de Nigrán, hay un restaurante que nos recomendó mis padres para comer el día que parásemos en Bayona ya que ambos municipios están muy cerca. Ellos nos decían que se comía muy bien y uno se pegaba una buena mariscada por poco dinero. Así que sin dudarlo fuimos allí aprovechando que es la comida típica de Galicia.

Cuando llegamos, nos pusieron en la terraza porque hacía muy bueno. Lo que me gustó de comer fuera es que habían puesto las mesas teniendo privacidad entre una y otra ya que estaban separadas por setos altos ¡Parecía que estábamos solos! Había mucha tranquilidad.

Baiona (Pontevedra, España)

Poco a poco, nos fuimos dirigiendo cada vez más hacia al norte por los pueblos de la costa. Teníamos algunas paradas obligatorias por recomendaciones de familiares y amigos; y una de ellas era Baiona donde vimos un montón de cosas interesantes:

Primero nos dirigimos a la Fortaleza de Monterreal que e encuentra situada al final del paseo marítimo, en la península de Monte Boi. Su interior es enorme, así que se puede estar tranquilamente un par de horas caminando por sus murallas para recorrerlo todo con calma. Las vistas que se obtienen de la costa desde sus torres y murallas son preciosas, solo por eso ya merece la pena entrar.

Además, dentro de ella, frente al Parador de turismo, se encuentra esta pequeña ermita, que suele estar cerrada al culto, pues se utiliza principalmente para la celebración de bodas y luego hacen el convite en el parador. Es un ermita pequeña, de piedra; la entrada se realiza por una escalera que hay en uno de los laterales; en el frente tiene un pórtico abierto, y está rodeada de jardines. Un entorno muy romántico para el evento... Desde el interior se puede salir al paseo que transcurre por el Monte Boi, para ver el exterior de la fortaleza.

A Guarda (Pontevedra, España)

Otra de las ciudades cerca de Portugal que estaba en nuestro recorrido es A Guarda (La Guardia). Un lugar precioso que nos encantó a pesar del frío que hacía en pleno agosto.

Nada más llegar fuimos al Monte de Santa Tecla al que subimos en coche. A medida que avanzábamos, las vistas eran impresionantes y hacíamos paradas para sacar panorámicas desde las diferentes alturas con nuestras cámaras de fotos.  Es un fantástico paisaje fronterizo de España y Portugal que merece ser visitado al menos una vez en la vida. Las vistas del Océano Atlántico son maravillosas y si hace soleado, el paisaje inunda los ojos.

Tuy (Pontevedra, España)

Cada vez que pasábamos desde Casa Boavista a España, teníamos que atravesar Valença Do Minho y Tuy. Para cruzar de un sitio a otro lo hacíamos a través del puente que hay sobre el río Miño. Mientras uno va conduciendo puede disfrutar de las vistas que hay desde lo alto; son espectaculares y si se tiene la oportunidad de hacer una fotografía, no la desaprovechéis porque merece la pena.

Como los últimos días del recorrido teníamos que cruzar dos veces el puente, usamos la cámara tanto de día como de noche y además en uno de esos paseos paramos en Tuy para visitarlo. Es un lugar difícil para aparcar y una vez encontrado el sitio para dejar el coche, es mejor hacer todo a pie.