Hace dos viernes tuve la oportunidad de ir al teatro puesto que me regalaron la entrada para ver El crédito. Me hizo mucha ilusión puesto que hacía tiempo no acudía a un espectáculo.
Cierto es que a medida que se acercaba la fecha, estaba menos ilusionada porque tenía mucho cansancio acumulado de no descansar bien y tenía un sueño terrible... Al final me animaron porque me dijeron que me lo iba a pasar bien y que no me iba a dormir durante la obra porque me lo iba a pasar bien y no iba a parar de reír hasta el final. Y así fue. ¡Estuvo magnífica!
Os dejo la sinopsis por si os apetece ir:
Si nos dedicamos a lubricar engranajes o a traducir manuales de instrucciones quizás no nos crucemos nunca con las personas a las que nuestro trabajo afecta íntimamente. Ahora bien, si nos relacionamos directamente con individuos de carne y hueso hay trances difíciles de evitar. Para los médicos, los tenderos, los policías municipales o cualquier otra profesión en la que el contacto es inevitable, los problemas pueden aparecer en cualquier momento.