El símbolo más característico de París,
La torre Eiffel, recibió duras críticas cuando se construyó como parte de la Exposición Universal de 1.889; sin embargo, se convirtió en el principal lugar de interés para los visitantes. Con sus 312 metros, fue el edificio más alto del mundo hasta que se levantó el Empire State Building de Nueva York en 1.931. Aunque aparentemente parezca frágil, pesa a 10.100 toneladas; la torre del ingeniero Gustave Eiffel es tan firme que nunca oscila más de 9 centímetros con vientos fuertes.
Las cosas que yo destacaría del monumento para ver ser las siguientes:
- El mirador: En días claros, desde el tercer nivel de la torre (276 metros) se puede llegar a divisar hasta 50 kilómetros. También se puede ver el despacho de Gustave Eiffel.
- El entramado de hierro: El complejo esquema de las vigas, unidas con 2,5 millones y medio de remaches, consigue dar estabilidad a la torre. Las 18.000 piezas de hierro pueden llegar a dilatarse hasta 15 cm en los días calurosos.