Tras dar una vuelta por el centro de Viana do Castelo, decidimos ir a un distrito pequeño de éste que es muy nombrado: Caminha. Tiene poco que ver, pero es muy bonito y no está muy concurrido de gente para poder pasear sin que nadie estorbe.
Lo primero que vimos fue la plaza Conselheiro Silva Torres que es el centro neurálgico de Caminha, siempre hay gente y es el sitio perfecto para tomar un café a cualquier hora en alguna de sus encantadoras terracitas, desde donde se puede contemplar: La iglesia de la Misericordia, la Torre del Reloj, la Casa das Pitas, y en primera fila el Chafariz, situado en el centro de la plaza.
En todas las ciudades portuguesas sobre todo en la zona norte, siempre hay un Chafariz (fuente) y generalmente en el centro de la plaza del pueblo. Allí acudían las gentes a coger agua y aunque hoy en día la mayoría están en desuso, siguen en pie como monumentos históricos como este.
La Iglesia de la Misericordia es de una sola nave en estilo renancentista. El interior fue remodelado en el siglo XVIII, donde destaca el altar a Santa Rita Casia, patrona de la ciudad.
La Casa de los Pitas es una casa señorial de estilo manuelino, donde merece la pena contemplar su fachada y en concreto sus preciosas ventanas.
Por último, en paseo vimos la Iglesia parroquial de Caminha que fue declarada Monumento Nacional en 1.910. El templo en granito gris es de estilo gótico aunque con detalles renacentistas como su portada. En el exterior destaca la torre y el rosetón, en el interior los azulejos del siglo XVII, retablos en pan de oro y confesionarios en estilo neomanuelino. Desde la muralla que la rodea podemos contemplar preciosas vistas del río Miño y de la vecina localidad española de A Guarda.
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