El tiempo (las horas y los días) se nos pasaba volando puesto que lo estábamos pasando muy bien y aunque nos quedaba aún unos días, ya nos íbamos entristeciendo porque se nos acercaba el fin y no queríamos que acabara este pequeño recorrido. Nos faltaba solamente tres alojamientos por visitar y uno de ellos está en Viana do Castelo, municipio del que voy a hablar hoy y al que fuimos después de ver Braga.
Como siempre que íbamos a una ciudad donde se encontraba nuestro alojamiento, lo primero que hacíamos era descargar todo el equipaje del coche y hacíamos el check-in para estar más tranquilas con todo recogido. Pero nada más entrar nos quedamos con la boca abierta puesto que el Hotel Viana Sol no tenía nada que ver con los antros de mala muerte que estuvimos en Oporto y en Aveiro; esto era un hotel de dos estrellas que parecía cuatro: ¡qué decoración! ¡qué bien cuidado! ¡qué atentos! ¡qué lujo! ¡qué entrada! ¡menudos los trabajadores!... Me faltan palabras para describir ese precioso alojamiento... estábamos maravilladas y cuando entramos en la habitación pensamos que por fin dormiríamos bien sin tener que preocuparnos por las chinches.
Al estar tan agotadas y al ser de noche, nos fuimos directamente a la cama para descansar para que al día siguiente poder seguir con el tour mucho mejor.
Cuando nos despertamos y nos aseamos, fuimos a desayunar y nos sorprendimos: ¡menudos manjares! ¡qué ricos! Parecía que no habíamos comido en la vida ya que nos hinchamos.
Ya una vez hecho el check-out, nos pusimos a caminar para ver la ciudad. No hacía un día muy agradable puesto que parecía que iba a llover y así fue, pero aún así paseamos con paraguas en mano para no perdernos ningún rincón.
Visitamos la Torre da Roqueta que fue construida en el siglo XV durante el reinado de Manuel I, para defender el puerto de Viana, situado en la desembocadura del río Lima. Posteriormente, se vio que ésta era insuficiente y se construyó en torno a ella el Castillo Fortaleza de Santiago da Barra. La torre es de estilo gótico tardío, la planta es rectangular y está rematada en almenas. Tuvo función de torre vigía, y posteriormente cárcel, ahora es la estación meteorológica.
En el corazón del casco histórico de Viana, se encuentra esta amplia plaza lugar de celebración de fiestas y eventos. Toda esta plaza está rodeada de tiendas y comercios, así como cafeterías con terrazas donde el turista puede hacer un pequeño descanso a lo largo de su visita a la ciudad. En esta plaza se concentran algunos de los lugares más emblemáticos y antiguos de la ciudad, como el Antiguo Ayuntamiento conocido como Paços do Concelho, la Casa de Misericordia o el Museo del Traje, así como dos fuentes, un Chafariz del siglo XVIII y el Monumento a Caramuru. A pocos metros de esta gran plaza se encuentra la Catedral de Viana do Castelo.
El Antiguo Ayuntamiento está declarado Monumento Nacional. Tiene dos plantas, con fachada de granito y en él estaba la Casa Consistorial de la ciudad, siendo utilizado en la actualidad como sala de exposiciones. Tiene aspecto de castillo o de torre almenada, la planta baja está formada por arcos ojivales, y en la planta superior ventanas con balcones volados y barandas de hierro. En la parte central se encuentra el escudo de la ciudad.
El monumento a Viana do Castelo se encuentra frente al muelle del puerto comercial y pesquero. En realidad, en Viana hay dos monumentos con la misma temática, que simbolizan el espíritu marinero de la ciudad: Uno es éste y el otro se encuentra en el parque que hay frente al puerto deportivo (en la Avenida Marginal). Son dos versiones diferentes de la misma escultura que una está realizada en el siglo XX, y la otra en el siglo XVIII. Básicamente es una escultura femenina, con los ropajes aireados por el viento, que lleva en su mano una carabela como símbolo de la importancia del mar y el comercio marítimo de la ciudad.
La estación de tren de Viana se encuentra en pleno centro de la ciudad, junto al gigantesco centro comercial Estação Viana Shopping. El edificio fue construido a finales del siglo XIX, según proyecto del ingeniero Alfredo Soares, combinándose elementos tradicionales como la madera, el granito y azulejos, con materiales industriales como el hierro. Tiene la particularidad de que hay un andén cerrado al tránsito, en el que se halla, de forma permanente, un antiguo tren de estructura metálica muy curioso. Junto a la entrada de los andenes hay un ascensor para acceder a la parte superior de la pasarela peatonal que cruza las vías, al final de la cual se encuentra el pie del funicular de Santa Luzía.
Para el final dejamos la Basílica de Santa Luzía y su mirador que son las mejores que cosas que podemos encontrar en este municipio.
La basílica es uno de los principales atractivos turísticos de Viana , y uno de los emblemas del país luso, situada a las afueras de la ciudad, en el Monte de Santa Lucía, al que se puede acceder en Funicular, y que es visible prácticamente desde cualquier punto de la ciudad. Fue construida a principios del siglo XX siguiendo el modelo francés de la Sacré-Coeur, combinando elementos neo-románicos, neo-bizantinos y neo-góticos. La diseñó Miguel Ventura Terra, y fue consagrada por el arzobispo de Braga en 1.959. Lo más destaca es su monumental escalinata, los tres enormes rosetones realizados por Ricardo Leone de Lisboa, la cúpula decorada interiormente con frescos que representan el vía crucis y la ascensión de cristo, a la que se puede subir por medio de un ascensor interior y contemplar la excelente panorámica. El altar Mayor está realizado en mármol blanco, y presidido por el Sagrado Corazón de Jesús, obra de Aleixo de Queiroz (del que hay una exposición en el Museo Municipal). En el lateral derecho se encuentra la capilla de Santa Lucia y en el izquierdo la capilla de Nuestra señora del Rosario. El carrillón del templo está compuesto por un espectacular conjunto de 26 campanas. En la parte posterior del templo, entrando por el ábside hay un Museo de arte sacro. La basílica es un templo muy querido y concurrido por los habitantes de Viana, y es un lugar de gran devoción popular. En los alrededores hay varios puestos de artesanías y la Casa das Estampas, una tienda de regalos y objetos religiosos (estampitas, ofrendas, etc).
Junto a la basílica hay un mirador desde el que hay unas vistas impresionantes de la ciudad, del Valle del Lima, del océano y del río Lima. También hay otro mirador en la misma basílica, ya que puede subirse en ascensor a su cima. Subiendo un poco por el monte hay también un área recreativa, una fuente, un faro y varias esculturas. También hay una especie de obeliscos en los que hay grabadas algunas citas que hacen alusión a la belleza del paisaje y de este entorno natural. Se puede acceder en coche o en el Funicular de Santa Luzia.
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