viernes, 27 de diciembre de 2013

Puente de Brooklyn (Nueva York, Estados Unidos)

El puente de Brooklyn, símbolo de Nueva York, fue el primero suspendido construido con acero del mundo. Cuando se inauguró, en 1.833, la distancia entre sus dos torres era la mayor de la historia (486,4 m). A pesar de que su construcción estuvo plagada de desastres, el puente se convirtió en un magnífico ejemplo de diseño urbano e inspiró a poetas, escritores y pintores. Hoy sigue siendo para muchos el más bello del mundo.

El ingeniero prusiano John Roebling, que diseñó este puente entre Manhattan y Brooklyn, murió de tétanos antes de iniciarse las obras. Su hijo Washington se hizo cargo de ellas, que se prolongaron 14 años y durante las cuales murieron 20 obreros. El joven Roebling sufrió un embolismo mientras buceaba en las excavaciones para la torre occidental y tuvo que guardar cama durante gran parte del proyecto; su esposa Emily lo reemplazó en la supervisión.
La última tragedia tuvo lugar en junio en 1.883, cuando el puente se abrió a los peatones. Alguien de la multitud gritó, tal vez en broma, que el puente se hundía, lo cual provocó una avalancha en la que murieron 12 personas.

El punte inició su segundo siglo de vida tan fuerte y bello como siempre, tras una exhaustiva restauración a principio de la década de 1.980. Desde la pasarela peatonal al este del City Hall se tienen una vistas fabulosas de Lower Manhattan, y desde las terrazas de observación situadas bajo las torres se divisan panorámicas de los rascacielos y los muelles. No hay que salirse del carril peatonal, pues la otra mitas está reservada a los ciclistas, que la utilizan de forma masiva. No es raro que algún ciclista ofuscado increpe a los turistas que invaden su carril. Salvo imprevistos, se puede llegar a Brooklyn en 20 minutos. Se se dobla a la izquierda hacia el Empire-Fulton Ferry State Park o a Cadman Plaza West, que discurre paralela a Middagh St, en el corazón de Brooklyn Heights, se llegará al centro de Brooklyn. No hay que pasar por alto el ostentoso Brooklyn Hall y el Brooklyn Promenade.

Consejo: Antes de decidir si se va a cruzar el puente, es mejor verificar el tiempo porque con ventisca y nieve está cerrado y no se puede pasear sobre él.

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