Una de las estampas más fotografiada de París es el espectacular perfil blanco del Sacré-Coeur, que se alza en el punto más elevado de la ciudad. La basílica se construyó para honrar la memoria de las 58.000 soldados franceses muertos durante la guerra franco-prusiana. Se tardaron 46 años en levantarla; se finalizó en 1.923 y costó seis millones de euros. Los sacerdotes aún rezan por las almas de los difuntos durante las 24 horas del día. Aunque el interior es menos impresionante que el de otras muchas iglesias de la ciudad, los visitantes acuden en masa para disfrutar de las magníficas vistas, especialmente al atardecer.
Las siguientes cosas que voy a describir son las más impresionantes para ver:
- El gran mosaico de Cristo: un resplandeciente mosaico de Cristo en estilo bizantino, realizado por Luc Oliver Merson, decora la bóveda del presbiterio. Representa la devoción de Francia al Sagrado Corazón.
- Las bóvedas de la cripta: Una capilla contiene el corazón de los defensores del Sacré-Coeur.
- Las puertas de bronce: Las puertas del pórtico de la entrada están decoradas con relieves de bronce que representan la Última Cena y otras escenas de la vida de Cristo.
- La cúpula: La característica cúpula principal de la basílica es, después de la Torre Eiffel, el punto más alto de París. Se accede por una escalera de caracol, y desde lo alto, en los días más claros, se contemplan vistas de hasta 48 km.
- La estatua de Cristo: La estatua más importante de la basílica muestra a Cristo bendiciendo. Está simbólicamente colocada en un nicho encima de la entrada principal, sobre dos estatua ecuestres.
- El campanario: El campanario tiene 80 metros de altura. Contiene una de las campanas más pesada del mundo.
- Las estatuas ecuestres. En el pórtico sobre la entrada principal, se hallan dos imponentes estatuas de bronce de dos santos franceses: Juana de Arco y San Luis.
- La galería de las vidrieras: Una parte de la cúpula principal está rodeada de vidrieras. Desde aquí se puede disfrutar de una magnifica vista del interior.
- La fachada.
- El funicular:Si no se quiere subir al Sacré-Coeur por la escalera, se puede tomar el funiculaire y disfrutar de las vistas. Está al final de la Rue Foyatier, cerca de la Square Willette.
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