Los toros no son mi pasión, ni siquiera me gustan; pienso que es un "arte" cruel. Digo "arte" porque mucha gente lo considera así; pero en mi opinión, hacer sufrir a un animal no es ningún arte.
Sin embargo, si quise ir a ver la Plaza de Toros de Santander. No por mí, sino por mi madre que es una fanática del juego del toreo. A pesar de mis preferencias personales, sí me gusta respetar y también acordarme de mi familia por sus gustos.
Esta plaza a la que me refiero hoy fue inaugurada a finales del siglo XIX , en una fecha que coincide con la festividad de la ciudad donde se encuentra: El Día de Santiago.
Los principales festejos en la plaza, coinciden con las fiestas locales: la Feria de Santiago. Durante esta feria, la celebración suele consistir en diez corridas de festejos: seis corridas de toros, una corrida de beneficencia, una novillada picada, un rejoneo y un festejo mixto. También se convierte anualmente en el lugar de celebración de concursos de recortes, y conciertos musicales varios.
Por el ruedo de la plaza han pasado grandes figuras del toreo y el rejoneo, entre los cuales destacan José Tomás, Joselito, El Jili, Enrique Ponce, El Cid o Pablo Hermoso de Mendoza.
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