Vilagarcia de Arousa (Pontevedra, España)

Cada vez nos íbamos adentrando más y más hacia el norte de Pontevedra para visitar pueblos muy bonitos y que tienen un gran atractivo turístico, hoy me voy a centrar en Vilagarcia de Arousa que aunque no nos entretuvimos mucho si que nos gustó todo lo que vimos.

Una cosa que nos encantó fueron los Jardines Miguel Hernández. Éstos se localizan en la zona de ocio del Puerto deportivo en la avenida de la Mariña. Allí, está la Plaza de las Palmeras que como su mismo nombre indica con ocho especies traídas de la ciudad alicantina de Elche y en el centro una escultura realizada por el artista Emilio Mosquera y dedicado al poeta Miguel Hernández.

A poca distancia se encuentra la Plaza de la Constitución que está presidida principalmente por el monumento a la Constitución Española que data del año 2.003, de ahí su nombre y rodeada de algunos comercios y edificios, incluso una bonita iglesia y algunos árboles y camelias.

Después vimos la iglesia de Santa Eulalia ó Baya de Arealonga que se localiza en la céntrica plaza de España y al principio de la avenida Dr. Touron, es de los templos más importantes por su gran interés artístico, ya que en su interior se pueden observar obras del escultor Mateo de Prado.

Por último quiero mencianar El parque y los jardines A Xunquería que están rodeados de variedad de árboles, incluso palmeras y los atraviesa el río Con con un bonito puente de madera de reciente construcción donde dejan pasar el tiempo la cantidad de patos y ocas que pasean por sus aguas. También tiene un gran parque infantil y es allí donde se encuentra el gran Centro Comercial de la ciudad y una bella panorámica del Convento y Pazo de Vista Alegre, situado a pocos metros.

Este convento es un inmenso monasterio de piedra del siglo XVII, situado en el centro y muy próximo al río. Esta edificación anexa al Pazo que lleva el mismo nombre que el convento y ha sido declarado Monumento Histórico Artístico de rango nacional. Fue levantado sobre la antiquísima capilla de San Cristobal por Fernando de Andrade, arzobispo de Santiago, como reza en una de las placas conmemorativas. Un amplio arco sirve de comunicación entre la edificación civil y la religiosa, que actualmente es zona peatonal y al lado del Pazo un pequeño jardín con algunas bonitas plantas y flores.