Combarro es uno de los más pintorescos pueblos marineros de la costa gallega y más concretamente de las Rías Baixas. Con poco más de 1.500 habitantes, es un pueblo pequeño que ha vivido siempre del mar aunque en la actualidad el reclamo de su pequeño casco histórico hace que el turismo sea otra fuente de ingresos considerable. Su mayor atractivo son sus casas de piedra y hórreos, en contacto directo con el mar.
A diferencia de la mayoría de los pueblos y ciudades costeros de la zona, donde el terreno ganado al mar las últimas décadas permitió a muchos núcleos crecer en esta dirección, Combarro se mantiene intacta. Y es que tiempo atrás, cuando la pesca era el sustento principal de estos pueblos de costa, las casas de los pescadores hacían de amarre de sus embarcaciones y de almacén de sus capturas. Estas viviendas fueron levantadas sobre una enorme base de granito y se encuentran resguardadas por la calma reinante en las rías, a diferencia de otros litorales expuestos a mar abierto.
Por tanto solo las mareas vivas o un fuerte temporal podía poner en riesgo el interior de las robustas viviendas de piedra, equipadas con lo indispensable para vivir y donde los aparejos de pesca, barcos y otro equipamiento se protegían de la intemperie.
El hórreo, símbolo principal de Combarro, tiene la peculiaridad de encontrarse en prácticamente todas las viviendas orientado al mar. El porque de esta ubicación se encuentra en la principal vía de transporte de la mercancía que se recolectaba para secar y almacenar en ellos tiempo atrás. Todo lo recogido se trasladaba a los hórreos mediante barco y por lo tanto tener un fácil acceso a él por mar era indispensable, a pesar de que los piratas y saqueadores en el pasado se beneficiaran también de esta decisión.
Es por tanto en Combarro, en este pequeño pueblo, donde se puede ver en la actualidad como eran las villas marineras gallegas el siglo pasado. Un paseo por este casco antiguo compuesto por dos calles principales y muchas callejuelas de las cuales algunas acaban en el mar, es un pequeño viaje en el tiempo en el que sumergirse hasta que alguno de los vendedores de souvenirs que campan en los bajos de las casas te traslada al presente de nuevo para que al menos te vayas con un licor café debajo del brazo.
El puerto deportivo es quizás el lugar mas contemporáneo de esta pequeña localidad que dista apenas 7 kilómetros de la capital gallega de Pontevedra. Un lugar que ha sabido conjugar a la perfección las pequeñas viviendas con solera y tradición marinera a pié de mar, con un lugar donde disfrutar de las vacaciones entre un enmarañado de pequeñas calles, restaurantes de comidas típicas, hórreos, cruceiros, marineros, barcos de arrastre y modernos yates o veleros. Sobre el espigón se alza un moderno restaurante-cafetería con una magnifica terraza en la que se reparten cenadores o mesas al aire libre, entre el discurrir de embarcaciones que entran o salen del puerto. El puerto de Combarro, además de las tareas lógicas y profesionales de todo puerto, es un lugar para el ocio. Aquí se celebran las fiestas, conciertos y competiciones. Es además el punto de partida y regreso de la procesión marinera que honra a la Virgen del Carmen, donde docenas de embarcaciones de todo tipo veneran la imagen por la ria, haciendo sonar sus bocinas.
En la Plaza Da Fonte se encuentra uno de los cruceiros más bonitos de Combarro, el que representa una Piedad (una Virgen con un Cristo en los brazos), además de ser uno de los más curioso del conjunto de cruceiros de la zona vieja es también de los más antiguos, ya que data del año 1.721. En un principio su ubicación era en el mismo centro de la plaza, posteriormente su ubicación se desplazó a uno de los laterales para dejar sitio a la fuente; en la base del cruceiro, en relieve, se pueden contemplar los símbolos de la Pasión y Descendimiento de Cristo (clavos, tenazas, martillo, corona de espinas y escalera). Este cruceiro antiguamente estaba policromado aunque hoy en día ya no queda ningún resto de la pintura original.
No hay comentarios:
Publicar un comentario