Volviendo a la Casa Boavista, nuestros amigos, Gloria y Acácio nos llevaron a tomar algo de merienda en una pastelería conocida en Arcos de Valdevez. Se llama Pasteleria Da Praça.
Nada más entrar el olor a bollos recién horneados inundaban nuestras fosas nasales haciendo que todo fuera apetecible.
Cuando ya vimos lo que había allí, no sabíamos que decidir. Todo tenía una pinta exquisita y estaba todo muy bien colocado para llamar la atención de los comensales. Parecía que todo nos gritaba ¡Cómeme! Era imposible resistirse tanto a lo dulce como a lo salado.
Finalmente, nos decantamos por unas bebidas y unos sándwiches de jamón y queso. ¡En mi vida he tomado un pan como el que venía en el pedido! ¡Qué rico! ¡Qué sabor! ¡Qué blandito! Estaba delicioso.
Si alguna vez alguno de mis lectores tiene la oportunidad de pasarse por el pueblo Arcos de Valdevez, por favor que pare y pruebe cualquier cosa de allí y que luego me comente si es verdad lo que digo o no. ¡Estoy deseando repetir!
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