Cuando fui a Cantabria hace unos meses hubo dos cosas que me encantaron: una fue la ciudad Comillas y otra la Península de la Magdalena. Hoy voy a hablar de esta última en mi entrada.
He conocido mucho mundo fuera de España (no he escrito todos los viajes anteriores al año 2.011, son demasiados y me tiraría toda una vida para contar mis anécdotas), pero lo que no me imaginaba es que había un lugar tan maravilloso en Santander.
Según me iba acercando a la zona con el coche para aparcar, más me entusiasmaba. Y cuando entré dentro de la península andando, pensé: "¡Qué fabuloso! ¡Me encanta!". Hice muy buen tiempo y además era un atardecer precioso. Lo que más me apetecía era comer un helado mientras descubría ese nuevo bosque encantado; y así hice, lo compré y me puse a dar un paseo.
Lo primero de todo fue ir al Palacio de la Magdalena ¡Espectacular! Me quede asombrada y sin palabras para describir semejante monumento. De hecho, mientras escribo esta entrada estoy recordándolo y estoy de nuevo muda. Hay que ir para hacerse una idea de por qué me quedo así. Casi me tuvieron que arrancar el brazo para que me fuera de allí.
Desde aquellos altos, se puede apreciar unas vistas muy bonitas del mar entrando en las rocas mientras uno se sienta en unos bancos muy curiosos con forma de serpiente.
Al descender, para la salida, me encontré con un minizoo de animales acuáticos: focas, patos y pingüinos. Este pequeño parque animal está lindando con el mar, teniendo en sus recintos agujeros para que el agua entre. Sinceramente, me dio pena ver a estas preciosidades sin apenas agua. Supongo que dependiendo de si la marea está alta o baja, les llegará un poco más o un poco menos.
Desde la muralla que separa la tierra del mar, se puede ver la playa del camello, llamada así por una figura de roca con forma de camello. Cuando la marea está baja se puede ver entera la figura, y cuando está alta la roca desaparece.
Más hacia la salida, uno puede ver las caballerizas. Un lugar muy lindo donde uno puede disfrutar de una buena comida.
Y por último, quiero destacar que en toda la península hay muchísimos deportistas: se ve gente corriendo, jugando al fútbol, haciendo vela, haciendo surf,... Todas estas personas dan un más toque de alegría en este precioso lugar.
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