Además de ir a las conferencias y charlas que había, también se podía participar en talleres y concursos de programación como hicieron algunos compañeros de la universidad.
Mi curiosidad por las cosas que me gustan, como la informática, me pudo, por lo que asistí con unos amigos. Para ello, tuvimos que inscribirnos en la web, indicar las conferencias y talleres a los que queríamos acudir (aunque una vez allí, no vigilaron mucho si te habías inscrito o no en los diferentes sectores) e imprimir la entrada (ésta servía para ir todos los días).
Cuando llegamos, en la puerta, nos pidieron las entradas y después nos obsequiaron con una funda para meterla, el programa del evento, una mochila con el logo de la Cybercamp y una camiseta con el mismo logotipo.
Me llamó mucho la atención las áreas de descanso puesto que había puffs y cojines para que la gente se relajase (muchos los juntaban y se tumbaban para dormir un rato). Además había cafetería (un poco cara, era mejor llevarse la comida), había mesas para estar con el ordenador,... Habían un montón de distracciones.
Tras, asentarnos en uno de los talleres, eché un vistazo alrededor y me fijé que era una de las pocas chicas que iban, además de estar rodeada de mucho geek o friki. Todas esas personas me recordaban a los informáticos que estudiaban con Homer en la universidad de la serie de Los Simpsons o a los personajes de The Big Bang Theory. Me sentía extraña allí puesto que yo no me considero así; no toda mi vida es la informática, sino también hay más cosas como el viajar, la lectura, el cine, etc.
Al final dejé de pensar en los estereotipos y disfruté de las cosas que vi y aproveché a mejorar mi listening de inglés porque algunas de las conferencias eran en ese idioma. Había unos cascos que traducían lo que iban diciendo y aunque en un principio los cogí, nos los usé porque se entendía muy bien a los ponentes.
Si vuelve a haber un evento así y si estoy disponible, no dudaré en ir.
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