Olga y Clara son dos amigas e inspectoras de policía muy mal habladas y solteras. Cuando se van de vacaciones disfrutan de sus ligues y al volver se centran en su trabajo a tope. Ambas son chicas muy activas, pero no quieren responsabilidades ninguna: hijos, novios, animales,...
Un día tienen que ir vestidas de paisanas en una discoteca de Madrid porque intentan proteger a un escocés millonario llamado Walter O'Connors. Mientras están en plena operación Olga saca de un lío a un chico (al que llama El Pichón) haciéndose pasar por su novia y dándole un beso tonto en los labios puesto que había una chica que intentaba ligar con él y éste no quería nada con ella. Cuando la chica ya ve que no hay nada que hacer con el Pichón, se va; y Olga viendo que ha cumplido su objetivo, sigue con la misión policial. Al final de la operación dañan de forma parcial a Walter y Olga va corriendo a socorrerle y a la vez también va el Pichón puesto que es médico y además su nieto. Cuando Olga y el Pichón se encuentran, el se presenta como Alex O'Connors. Mientras que ambos hablan Clara conoce a Óscar, el mejor amigo y compañero de medicina de Alex.
Al principio las dos parejas no se quieren conocer, pero poco a poco caen en el hechizo del amor aunque jugando al tira y afloja para que todo no sea tan fácil ni muy difícil.
Mientras trascurre la historia romántica entre las parejas a Olga se le complica la vida: ya tiene un novio al que debe dar explicaciones de todo, Pepa la mete en casa no un perro ¡sino OCHO! (una perra con sus siete cachorros), es responsable de Luna (la hija de pocos meses de su prima) puesto que sus padres mueren y no tiene otra familia, la madre de Alex no para de meterse en la relación y además su novio (James) es un delincuente que llevan tiempo queriendo meterle entre rejas, Eva (la hermana de Alex) sufre acoso sexual por parte de James y Olga lo descubre, una ex de Alex (Sabrina) también intenta separarlos... Alex, harto de las complicaciones de Olga, se pone de parte de Sabrina y la cree en todas sus mentiras por lo que poco a poco se va alejando de la protagonista.
Tras todo lo ocurrido en un año en la vida de Olga, se siente deprimida porque le han pasado un montón de cosas que no deseaba y el amor de su vida estropea la bonita relación que tienen, por lo que decide romper con él. Además por si fuera poco, está embarazada del chico al que quiere.
Cuando Alex pierde a Olga, se da cuenta de las cosas tan maravillosas que tenían, intenta recuperarla pero ella no se lo pone nada fácil...
Fue un beso tonto
Megan Maxwell
Editorial: Versatil
ISBN: 978-84-9292-922-1
Puedes conseguirlo pinchando aquí.
Megan Maxwell
Editorial: Versatil
ISBN: 978-84-9292-922-1
Puedes conseguirlo pinchando aquí.
En el cuarto capítulo del libro, empecé a sentirme algo identificada con la protagonista; simplemente por una cosa sin importancia: desafortunadamente unos días antes de comenzar esta lectura, yo me quemé con aceite hirviendo en la mano (quemaduras de segundo grado) y en urgencias me recetaron una crema con sulfadiazina de plata al 1% e ibuprofeno para sanar la piel y aliviar el dolor; al igual que Olga Ramos cuando se quema con la cafetera hirviendo. Me hizo mucha gracia esa coincidencia.
Otra cosa que me hizo reír muchísimo fueron las cotillas de la abuela de Olga (Pepa) y la vecina (Maruja) y como dejan en evidencia a la inspectora pero a la vez la ayudan para que tenga más encuentros con Alex. En toda familia española siempre hay alguna persona así: ya sea tíos o tías, abuelos o abuelas, padres, madres, hermanos o hermanas, primos o primas,...
También me gustó esos momentos en que Pepa hace encerronas a Alex y a Olga para que se conozcan; en la vida real hay amigos y familiares que lo hacen y muchas veces sale bien y otras no tanto.
Como siempre en toda relación, alguna de las suegras intenta estropearla y sin pensar en la felicidad de su hijo/a... Es una pena que siempre se cumpla esta regla...
En definitiva, me ha gustado mucho el libro porque me ha hecho sentir muchas emociones y además veo la vida misma reflejada en él, quitando las ostentaciones y el mal vocabulario (bueno tal vez la gente choni si lo use así siempre). Recomiendo leer Fue un beso tonto porque Megan Maxwell siempre sorprende para bien.
Me gustó mucho el libro, pero me hubiera costado mucho, pero que muy mucho perdonar lo idiota que llega a ser Alex con la .... de su ex. Y eso que se lo advirtieron. Yo le hubiese hecho sufrir un poco bastante más. Se lo tiene merecido.
ResponderEliminar