Cuando ocultaron la M-30 de Madrid de forma subterránea, instalaron un parque y un paseo por el río Manzanares conocido como Madrid Río. Desde entonces, yo siempre he querido ir a visitarlo y nunca encontraba hueco ni gente para ir hasta que vino a visitarme una chica de Polonia con la que aproveché a verlo y de paso enseñárselo a ella también.
No hacía un tiempo agradable puesto que parecía que iba a llover (y al final lo hizo), pero nos arriesgamos aun con el paisaje gris porque parecía muy bonito.
Había un montón de gente: los niños jugando en los columpios, algunos adultos corriendo y otros tipos de deportes, otros dando un paseo, jóvenes tumbados en el césped y preparando el botellón de la noche,... Había de todo y daba igual la raza, el color, los gustos,... ese día todos estábamos bien integrados allí sin discriminaciones (una pena el incidente del Frente Atlético y el Riazor Blues hace unos meses).
Vimos todo el parque y los jardines, dónde ponen la playa (siempre me habían dicho que en Madrid sí había, pero yo nunca me lo he creído y aun sigo sin creerme que eso sea playa; es mejor ir a la costa), los diferentes puentes para cruzar al otro lado del río Manzanares (la ida la hicimos por un lateral y la vuelta por el otro),... en definitiva, no me perdí nada porque no sabía (ni sé) cuando iba a volver. Es un paseo muy agradable que recomiendo hacerlo.
Mientras recorríamos el parque tuvimos la fortuna de encontrarnos con Dani Rovira que iba haciendo fúting. Me hizo muchísima ilusión, la pena fue que no le paré para saludarlo.
Cuando llegamos al final, pensamos en ir al C.C. Príncipe Pío porque ya iba a empezar un chaparrón ¡Menos mal que no nos pilló!
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