Desde hace tiempo, quería ir al restaurante Brutus porque había visto una foto de un perrito caliente enorme; y como son mi perdición (en lo que se refiere a comida basura), le pedí a mi pareja que me acompañara.
Hacía tiempo que no salíamos por ahí a comer puesto que estamos en modo ahorro. Cierto es que no es un sitio de lujo y que la comida es toda basura, pero por un día no pasa nada; además tampoco nos podíamos permitir gastar mucho.
Hace como un mes, decidimos ir al Brutus que hay en el Centro Comercial Madrid Xanadú; muy ilusionada porque por fin iba a probar un perrito caliente gigante y de los que tienen todo tipo de grasas... (hummm... solo de volver a recordarlo se me está haciendo la boca agua).
Al llegar vimos un montón de gente en el restaurante, y pensábamos que nos teníamos que quedar fuera esperando a que terminasen alguno para poder sentarnos, pero estábamos equivocados había un sitio para dos personas perfecto para nosotros.
Nos tomaron nota enseguida, pero debido a la gran cantidad de gente, tardaron mucho en servirnos. Pedimos un sándwich mixto (equivalente a cuatro sándwiches normales) que estaba buenísimo y también el super perrazo brutus. Cuando comimos el perrito caliente, al principio estaba rico con todos los ingredientes que llevaba, pero al final cuando solo quedaba pan y salchicha... ésta nos supo a plástico (un poco como en Ikea) y eso nos decepcionó.
Cuando estábamos llenos, pedimos la cuenta y nos fuimos teniendo claro que si volvíamos no volvíamos a pedir un perrito caliente...
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