Hace dos viernes tuve la oportunidad de ir al teatro puesto que me regalaron la entrada para ver El crédito. Me hizo mucha ilusión puesto que hacía tiempo no acudía a un espectáculo.
Cierto es que a medida que se acercaba la fecha, estaba menos ilusionada porque tenía mucho cansancio acumulado de no descansar bien y tenía un sueño terrible... Al final me animaron porque me dijeron que me lo iba a pasar bien y que no me iba a dormir durante la obra porque me lo iba a pasar bien y no iba a parar de reír hasta el final. Y así fue. ¡Estuvo magnífica!
Os dejo la sinopsis por si os apetece ir:
Si nos dedicamos a lubricar engranajes o a traducir manuales de instrucciones quizás no nos crucemos nunca con las personas a las que nuestro trabajo afecta íntimamente. Ahora bien, si nos relacionamos directamente con individuos de carne y hueso hay trances difíciles de evitar. Para los médicos, los tenderos, los policías municipales o cualquier otra profesión en la que el contacto es inevitable, los problemas pueden aparecer en cualquier momento.
Y si eres director de una sucursal bancaria, todavía peor. Si eres director de una sucursal, hoy en día, las cosas pueden llegar a complicarse de manera alarmante. Y es que hasta ahora, en nuestro civilizado mundo, cuando alguien necesitaba dinero iba al banco y pedía un crédito. La mayor parte de las veces tú se lo concedías, pero si no era así, callaban y volvían para su casa, cabizbajos, conformados, pensando que las cosas iban muy mal, que el crédito no fuía y te dejaban en paz. Hoy ya no puedes confiarte...
Con este resumen uno no sabe que esperar de esta comedia, pero cuando uno se sienta y empieza el espectáculo, no para de reír de las cosas absurdas que pueden ocurrir en la oficina de un banco y más siendo director; pero hoy en día no me extraña que la gente pueda hacer lo que sea con tal de conseguir un crédito o una hipoteca, ya que, por desgracia estamos en una época de crisis... y como muchas de las historias de la vida real son tristes, en este caso acaba con final feliz y haciendo reír al espectador olvidando un poco el mundo en el que vivimos e incluso del cansancio del día a día.
Sin lugar a dudas, recomiendo mucho ir a pasar un buen rato con Carlos Hipólito y Luis Mierlo ya que no os vais a arrepentir. ¡Corred, la última función es el 1 de Mayo en el teatro Maravillas de Madrid!
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