En las vacaciones de verano, mi pareja y yo decidimos ir a Londres que aunque él ya lo conocía, yo no y así me hacía de guía para mostrarme cualquier rincón de la ciudad. Durante los próximos días os voy a informar de todo lo que he visto y de los recorridos que hicimos. Fue una auténtica paliza (como comprobaréis en las siguientes entradas) para visitar todo en los pocos días que estuvimos, pero mereció la pena. Personalmente, me encantó este viaje y quiero repetir como las natillas danet.
En la primera zona que estuvimos fue por South Bank que comprende un paseo por la parte de abajo del río Támesis desde el London Gungeon hasta el St. Katharine Docks.
Como he mencionado en el párrafo anterior, lo primero que encontramos fue el London Dungeon que es el lugar más espeluznante de la ciudad que combina historia y terror para celebrar una fiesta de los horrores con muertes, sangre y violencia a casa paso. Se puede seguir el rastro sangriento, en la época victoriana, del asesino en serie Jack el Destripador, dar testimonio de los conspiradores Guy Fawkes o ser condenado por Enrique VIII. Esta actividad no es apta para personas con problemas cardiacos.
A continuación está el London Eye; la noria más alta del mundo que ofrece vistas de vértigo sobre la ciudad y sus alrededores. Mientras se espera para acceder a las cabinas, se pueden visitar las atracciones del cercano Country Hall.
A unos pocos pasos de la gran noria, está el South Bank Centre que es el centro artístico más accesible de Londres y que conserva el ambiente de optimismo igualatorio con que fue creado entre los años cincuenta y sesenta.
Mientras continuamos para visitar nuestro próximo monumento, pudimos ver la estación de tren Waterloo que es conocida porque antiguamente conectaba Londres con otras ciudades (ahora también, pero existen más estaciones que lo hacen).
Lo siguiente que admiramos fue la Tate Modern que es una de las galerías de arte contemporáneo más grandes del mundo.
Después fuimos hacia el Puente Millennium que une el Tate Modern con la Catedral St. Paul. Es el primer puente construido en 100 años. Por la noche, iluminado, se ve magnífico.
Luego caminamos hacia el Shakespearer's Globe donde se representan las obras del escritor más conocido en el mundo: William Shakespeare. El teatro está abierto al cielo, con las localidades dispuestas en tres gradas a los lados y espacio para estar de pie en el patio central. Se puede realizar una visita guiada por el teatro, salvo cuando hay representaciones matutinas.
Justo en frente está el Golden Hinde que es una replica del barco con el que sir Francis Drake dio la vuelta al mundo entre 1577 y 1580.
Un poco más abajo se encuentra la Catedral de Southwark. Este priorato tuvo muchas relaciones con el teatro isabelino y con Shakespeare, al cual está dedicado un monumento y una vidriara. El fundador de la universidad americana, John Harvard, fue bautizado aquí y se le recuerda en la Harvard Chapel.
Ya casi llegando al final de este pequeño recorrido, vimos el City Hall que es el ayuntamiento de Londres.
Y, por último, pero no menos importante, fuimos a ver el St. Katharine Docks que es un lugar de recreo donde se pueden ver a los ricos con sus yates y a los pescadores del Támesis con sus barcazas. Hay varios cafés, el Marble y diversos bares y restaurantes populares.
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