Vejer es una de las poblaciones más hermosas de la provincia gaditana. Dista 820 km de Algeciras, y se asienta en una verde colina de 190 metros de altitud, desde donde se puede contemplar una preciosa panorámica de la deseada laguna de La Janda, cerca de las últimas estribaciones de la Penibética.
A sus pies discurre lento el río Barbate y su costa está constituida por la playa de el Palmar y el cabo de Trafalgar. Es variada, desde los Pinares de Roche, un paraje idílico en donde hoy existe una urbanización, hasta los Caños de Meca, una playa de ensueño.
Enclave de las antiguas civilizaciones del sur peninsular (fenicia, cartaginesa y romana), había sido centro de vida de agrupaciones humanas prehistóricas cuyos vestigios pueden aún contemplarse en el Tajo de las Figuras, en dólmenes y otros elementos funerarios.
Roma fundó en esta comarca su Besipo, levantando la ciudad de Vejer y el puerto en Barbate, enlazados ambos centros por el río Barbate.
Vejer fue conquistada por los árabes y mantenida en manos islámicas más de quinientos años, hasta el 1250 en que la ciudad fue tomada por Castilla por Fernando III. Dada en privilegio a la casa ducal de Medina Sidonia, los Pérez de Guzmán la utilizarían como atalaya para la defensa de sus intereses en las pesquerías, muy ricas y abundantes, en las cercanas Zahara, el Palmar y Conil.
Estas costas, escenario de corsarios y berberiscos durante centurias, tuvo lugar la célebre batalla de Trafalgar.
No es exageración afirmar que todo Vejer es un monumento blanco milagrosamente conservado bajo un cielo azul, siempre limpio.
Destacan la iglesia del Divino Salvador de estilo gótico, que domina el caserío desde lo alto de la colina donde se levanta el pueblo. Es de gran belleza y en ella se pueden contemplar los estilos cristianos, árabes y visigóticos; la iglesia del Rosario, construida sobre una mezquita en el siglo XVI y hoy secularizada y ocupada por la Peña Cultural Flamenca de Vejer, y la iglesia del convento de la Concepción, institución que fundaron los capuchinos en 1558. Los frailes ocuparon el cenobio solo hasta 1578, siendo sustituidos por monjas concepcionistas, quienes vivieron en él hasta la desamortización en 1835. El convento desapareció, de él solo queda el precioso Arco de las Monjas, y la iglesia que se destina ahora a usos culturales. Próximo al convento, está el castillo árabe, al que se accede por una hermosa puerta con arco de herradura. El Arco de las Monjas franquea el paso a la antigua Judería, a final de cuya calle de igual nombre se encuentra el Arco de Puerta Cerrada llamado en otro tiempo también Puerta de Bebería, construido entre los siglos X y XIII. En la Plazuela se halla el antiguo convento de San Francisco, hoy convertido en hotel, con una hermosa fachada.
A 5 km, entre Vejer y Barbate, se halla el santuario de Nuestra Señora de la Oliva, patrona de la ciudad, antigua basílica visigótica destruida por los moros y nuevamente erigida en el mismo lugar. Alberga una grandiosa talla de la patrona, de finales del siglo XVII.
Vejer, declarada monumento histórico-artístico, es, sin duda, una de las más bellas ciudades de España- Cercada por una muralla, su recinto irregular de ciudad medieval encastillada, más la inequívoca huella musulmana, la hacen punto invariable de cualquier recorrido turístico.
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