Durante todo nuestro recorrido por Cádiz, nos hemos hospedado en un único sitio y desde allí íbamos en coche a todas las ciudades y pueblo que os he estado contando estos días atrás. Más o menos es un punto céntrico de todo lo que hemos hecho, se llama Hotel Exe Guadalete y se sitúa en Jerez de la Frontera.
Encontramos una oferta bastante atractiva a través de la página web Weekendesk con desayuno incluido. Nos sorprendió el precio para ser un hotel de cuatro estrellas, pero no queríamos desperdiciar una cosa así; por lo que no lo dudamos y lo cogimos.
Durante nuestra estancia allí, no nos arrepentimos de haber cogido algo tan económico en un hotel de alta gama porque estuvimos a todo lujo y super mega a gusto.
Según se llega con el coche, se puede apreciar que es un hotel de alto standing con la entrada que tiene y los accesos. Tiene tanto escaleras como rampas para minusválidos. Además tiene parking propio gratuito donde también tienen plazas para discapacitados.
El recibidor es muy amplio, y como fuimos en diciembre tenían todo decorado con adornos navideños con un gusto exquisito (no estaba sobrecargado).
Como no es hotel muy alto, puede uno subir y bajar a cada piso andando por las escaleras pero si uno no puede o no quiere, también puede usar los ascensores, que son bastantes amplios para que quepa todo tipo de cosas.
La habitación era muy amplia sin balcón pero con un ventanal enorme donde se podía ver todo el exterior. Teníamos camas individuales pero estaban juntas por lo que parecía una king size XXXXXXXL donde cada uno podíamos tener nuestro espacio o por el contrario estar juntitos. Justo en frente se situaba la televisión (eso sí, un poco pequeña para el gran espacio que había), también había un mueble de escritorio, una silla, un sillón, un minibar (que nosotros utilizamos para dejar nuestras cosas refrigeradas) y un mueble más bajito para dejar cositas. Otro detalle que nos gustó fue el armario, que no sólo se podían colgar la ropa en perchas sino también guardar en cajones y dejar los zapatos en la parte más baja del mismo.
Dentro de la habitación, también había un cuarto de baño bastante amplio con bañera, bidé, un lavabo muy grande y váter; además de otros detalles que normalmente no se tienen en hostales u hoteles de menos estrellas: espejo pequeño de maquillaje, secador, vasos, champús, geles, pañuelos, pastillas de jabón y esponja para limpiar los zapatos.
Todos los días nos limpiaban la habitación, nos hacían la cama, nos doblaban el pijama o lo dejaban estirado, nos reponían lo que habíamos gastado y nos ponían toallas limpias (esto último me parece un despilfarro ya que podíamos usar la misma toalla durante toda nuestra estancia allí; debería de haber algún sistema donde indicar si se quiere o no dicho cambio como por ejemplo dejar las toallas en la bañera para que las cambien, eso existe en otros hoteles).
Como teníamos el desayuno incluido, hicimos uso del restaurante donde cada día ponían una gran variedad de cosas para comer: embutidos, huevos revueltos, bacon, bollos, churros, fruta, cereales, panes, zumos, distintos cafés y chocolates, agua y leches, Como teníamos buffet libre, podíamos comer de todo, y así hicimos. ¡Buenísimo!
Por último, cabe destacar la amabilidad de cada uno de los empleados de las distintas zonas: los que limpiaban, los recepcionistas, los camareros, etc. En todo momento se dirigían a nosotros con una sonrisa en la boca y con educación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario