domingo, 12 de marzo de 2017

Sanlúcar de Barrameda (Cádiz, España)

A 41 km de Cádiz, a través de una carretera que parte de El Puerto de Santa María, y 25 km de Jerez de la Frontera, la ciudad de Sanlúcar de Barrameda se localiza en la desembocadura del Guadalquivir, frente al Coto de Doñana, la más importante reserva biológica de España, cuyos pinares y dunas se ven desde las playa saluqueñas. De su pintoresco puerto pesquero, a 2 km del centro de la ciudad, salen las embarcaciones que captura, entre otras muchas especies, los famosísimos langostinos de este sector de la costa atlántica.

Pero el nombre de Sanlúcar está ligado a la producción de la extraordinaria manzanilla, vino criado como los de Jerez y El Puerto, pero que se beneficia de la humedad que aporta la brisa marina. En el margen izquierdo del gran río de Andalucía existieron núcleos poblacionales prerromanos.

Cerca del puerto saluqueño de Bonanza, en cuya lonja descarga diariamente la flota pesquera las capturas de sus incomparables peces y mariscos, que dan fama a la ciudad, estuvo situado el santuario del Lucero, en la cercanía del bello pinar de La Algaida, que data del siglo VI a.C, La organización de la población, tras haber formado parte de todo el mundo antiguo, se fecha en el siglo XIII, en que fue reconquistada definitivamente por Alfonso X el Sabio, que la puso bajo la jurisdicción de Jerez.

Entró a formar parte del patrimonio de la familia de los Guzmanes durante el reinado de Sancho IV, ya que se la dio en señorío a don Alonso Pérez de Guzmán como premio por la defensa heroica de Tarifa.

Bajo el domino de los duques de Medina Sidonia es cuando la ciudad vive su época de máximo esplendor, adornándose Sanlúcar con grandiosos edificios y dotándose de instituciones importantes, como la del Pósito, la Alhóndiga y la primera Casa de contratación, tras el descubrimiento colombino.

A comienzos del siglo XVI era la villa de mayores rentas de Andalucía, con un imponente movimiento comercial y monetario. La adversidad cayó sobre sus pobladores al pasar el señorío de los Medina Sidonia al Rey, en el año 1645, tras un turbio asunto derivado de unas supuestas aspiraciones del IX duque de proclamarse rey de Andalucía. Sería a mediados del siglo XVIII cuando se fecha el renacer de la ciudad gracias al impuso dado por Godoy a su actividad económica.

Su rica historia ha dejado sus huellas en la ciudad, convirtiéndola en una de las más interesantes y hermosas de la provincia. Entre sus monumentos de tipo civil hay que hacer especial mención del castillo de Santiago. Es el más importante de los tres castillos sanluqueños y está situado en un ángulo sobre la barranca de la ciudad que defendía la ribera y la desembocadura del Guadalquivir. De planta rectangular con torres en las esquinas, igualmente cuadrangulares, presenta en uno de los ángulos una gran torre hexagonal.

Está destruido en la playa el castillo del Espíritu Santo, cuya construcción se debe a don Alonso Pérez de Guzmán en 1558, con restauración posterior en tiempos de Carlos III. También abandonado se halla el castillo de San Salvador, de 1627.

Otros edificios civiles de indudable interés son el Palacio Ducal, en el que se conserva el Aachivo de los Medina Sidonia, considerado como uno de los más importantes de la Península. El palacio de los infantes de Orleans y Borbón, ligados a la población desde mediados del XIX, romántico y neomudéjar, entre árboles en la parte alta de la ciudad, está enclavado junto a casas palaciega sy actualmente es sede del Ayuntamiento.

La iglesia de la O, primera parroquia de la villa, fue fundada en 1360 por doña Isabel de la Cerda y Guzmán. Se emplazó junto al castillo, y tomó una torre de este para sí, construyéndose en 1604 el segundo cuerpo de campanas. De enorme interés son su portada, mudéjar, y el artesonado. La iglesia de la Santísima Trinidad es otra de las más importantes muestras de arquitectura religiosa de Sanlúcar, junto con la iglesia de Santo Domingo y de la Caridad.

Sanlúcar ofrece también bellas playas: Bajo de Guía, La Calzada, Las piletas y La Jara, escenarios e su famosa carrera hípica, la única del litoral andaluz, que se celebra cada mes de agosto.

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