En mi recorrido por las zonas que lindan con Portugal, también había una parada en el pueblo de La Alberca. El nombre de La Alberca procede de la palabra hebrea "bereka", combinada con el artículo árabe "al", el nombre Al-Bereka significa lugar de aguas (en la entrada de la zona, hay un camping que se llama así).
Nada más llegar, lo que me llamó atención fue la construcción de todas las casa ya que parece que es una ciudad medieval y cada paso que daba parecía que estaba en el siglo XV. Me daba la sensación haber viajado en el tiempo tantos siglos atrás; no por la gente, no os confundáis, sino por todos los edificios que están hechos con adobe (pieza de paja y barro con forma de ladrillo) y madera. Y muchas de las casas nuevas que se hacen aquí intentan seguir el mismo modelo para mantener la armonía.
En La Alberca se tiene la tradición de tener un cerdo suelto por las calles del pueblo que es alimentado por los vecinos. El cerdo, llamado "marrano de San Antón", es bendecido el 13 de junio y liberado por las calles del pueblo. El 17 de enero, día de San Antonio Abad (San Antón), el cerdo es rifado ante las puertas de la iglesia. Los beneficios van destinados a la cofradía de San Antón.
Estos es nuevo para mí y curioso, pero yo no podría hacer algo así ya que cojo mucho cariño a los animales. No podría estar alimentando al cerdo y luego matarlo. ¡Eso no quiere decir que en mi opinión tenga que desaparecer esta tradición! Precisamente porque es una tradición debe seguir; es un símbolo de este lugar (al igual que los toros es un símbolo español).
Por último quiero destacar, que aquí convivieron judíos con los cristianos y de hecho siguen existiendo muchos símbolos que lo demuestran. En las puertas se solía dibujar un pequeña seña para indicar que ahí vivían cristianos, pero esto también lo hicieron los judíos para quedar camuflados y así no morían.
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