Después de haber terminado los estudios en junio, quise tomarme un descanso; pero he de decir que no pude. La gente que me conoce bien, sabe que no puedo estar quieta sin hacer nada. Así que, para matar el tiempo en el verano me apunté a dos cursos: inglés y patchwork. Del primero os voy a hablar hoy y del otro mañana.
Hace ya unos años me apunté al Centro Universitario de Idiomas de la Universidad Rey Juan Carlos y me gustó mucho la experiencia. Aprendí muchísimo del idioma, tanto escrito como hablado; tuve un buen profesor que hacía las clases dinámicas practicando todo acuerdo a aquel nivel. El día que acabó el curso, a todos los alumnos nos hicieron un examen y si se aprobaba, daban un certificado con el nivel que se había alcanzado y servía para convalidar créditos de libre configuración en los estudios universitarios.
Este año como no me fui a ningún país de lengua inglesa, quise practicar y aprender más vocabulario; por lo que estuve buscando academias que dieran certificados homologados, que tuvieran un nivel bastante alto y que no estuvieran muy lejos de donde vivo. Pero no encontré nada de lo que yo quería, siempre faltaba alguna característica. Ya desesperada, decidí apuntarme de nuevo al Centro Universitario de Idiomas de la Universidad Rey Juan Carlos aunque no tuviera el nivel que yo quisiera. Realmente, lo que más me interesaba era hablar porque tras llevar un tiempo sin practicarlo, cuesta mucho arrancar una conversación buena.
Mi sorpresa fue que el profesor del nivel que me pusieron era el mismo que hace unos años; por lo que sabía cómo daba las clases y me gustaban un montón. Otros alumnos, les ocurrió lo mismo que a mí, estaban en ese nivel porque no había más alto en esos momentos; así que, cuando el profesor observó lo que había pasado, apretó un poco más el nivel para que los alumnos aventajados no nos aburriéramos. Aunque en un principio no era lo que yo quería, acabé muy contenta con el curso: practiqué todo tipo de conversaciones.
Si estuviera más cerca, seguramente me apuntaría otros años. Pero en verano solamente abren el Centro Universitario de Idiomas de la Universidad Rey Juan Carlos en el campus de Vicálvaro. ¡Una pena en mi caso!
El curso me ha servido también para cuando me enfrenté a mis entrevistas de trabajo ya que pude hablar inglés con mayor fluidez y sin errores cuando me preguntaban.
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