Amarante fue un lugar muy bonito para nuestro recorrido, pero lo fue a un más Lamego. Yo me enamoré de esta ciudad enseguida que lo vi y por las siguientes descripciones que voy a hacer de lo que vimos seguramente a vosotros también os guste.
Cierto es que al principio vimos algunas cosillas que no nos gustó pero cuando descubrimos el Santuario de Nuestra señora de los Remedios, nos quedamos alucinadas porque simplemente por esta belleza merece la pena visitar este municipio. Pero antes de continuar por el final, lo voy a hacer por el principio y las primeras cosas que vimos.
Comenzamos por el Castillo que es una construcción militar del siglo XII y se encuentra en el alto de una colina dominando la ciudad, con unas vistas estupendas y en la que destaca la Torre de Homenaje. La torre consta de tres plantas que mantienen los suelos de madera, aunque todo lo demás ha desaparecido, ocupando el pequeño espacio algunos paneles informativos, que hacen la visita un poco decepcionante. Aún así, un pequeño paseo por la muralla que delimitaba el espacio interior permite disfrutar de unas estupendas vistas de todo el pueblo.
Después vimos la Catedral que se encuentra en el Largo da Sé, frente al antiguo Palacio Episcopal, y está clasificada como Monumento Histórico de Portugal. Su construcción data del siglo XII, aunque ha sufrido modificaciones posteriores, especialmente en los siglos XVI y XVIII; por ello tiene elementos románicos, góticos y renacentistas. Exteriormente destacan las tres portadas góticas, formadas por una serie de arquivoltas apuntadas talladas en granito decoradas con motivos vegetales, y la torre románica (siglo XII), la parte más antigua del templo, que antaño fue utilizada como cárcel. Interiormente es barroca, tiene tres naves con varias capillas laterales y coro alto. Lo más destacable son los techos abovedados, enteramente cubiertos por pinturas murales realizadas por Nicolau Nasoni en el XVIII, que representan escenas del Antiguo Testamento, así como dos órganos y el altar Mayor, con un retablo del XVIII realizado en talla dorada y mármol. Anexa a la Catedral (con entrada independiente) se encuentra el Claustro, renacentista del XVI, que contiene las capillas de San Antonio y San Nicolás. Los frescos, el claustro con sus dos capillas, y las tres portadas de la Catedral están catalogadas como Tesoros de Portugal.
Luego visitamos el monumento a Fausto Guedes que es un busto que hace homenaje al poeta lamecense Fausto Guedes y se localiza en el cuidado y bello Jardín de la República, junto al edificio de la Cámara Municipal. La obra fue esculpida por el artista Costa Mota e inaugurada en el año 1.944.
En estos jardines también admiramos un gran estanque de agua con una estatua en el centro a modo de fuente, todo evidentemente rodeado de flores, plantas y algunos árboles como palmeras. Llama la atención el gran colorido y belleza del jardín, y por ultimo como en todo jardín que se precie no podía faltar un cenador y varios bancos de madera para poder relajarse en los días calurosos de verano.
Para el final como he dicho, dejamos el santuario cosa que no vimos hasta casi irnos que justo estaba la carretera al lado y entonces nos percatamos del maravilloso monumento Santuario de Nuestra Señora de los Remedios. Esto se levanta sobre el Monte San Esteban y la panorámica que ofrece desde Lamego es increíble. Hacia 1.391 ya existía una capilla en el lugar dedicada originalmente al santo, que comenzó a ser un centro de peregrinación a la Virgen. Fue en el año 1.761 cuando se construyó el edificio actual. Más que el interior de la iglesia, lo que destaca es el exterior y los 686 escalones que conducen a ella, con unos rellanos en los que encontramos preciosos azulejos.
En los jardines del santuario, en zona central del Patio de los Reyes, se encuentra la Fuente de los Gigantes. Es una fuente muy monumental, construida enteramente en granito, consistente en un alto obelisco de 15 metros de altura sostenido por cuatro grandes esculturas que representan gigantes (de ahí su nombre), de cuyas bocas salen chorros de agua. La fuente está colocada sobre una escalinata de forma irregular de 5 peldaños.
La Fuente de la Sirena se encuentra en el segundo tramo de la escalinata del santuario (empezando a contar desde arriba). Fue construida por Manuel Domínguez Barrera en el año 1.886 por encargo de la Hermandad de Nuestra Señora de los Remedios. Toda esculpida en granito, está formada por una especie de templete cuadrangular que cobija la escultura de una sirena cabalgando sobre un delfín (de ahí su nombre), situada sobre un soporte en forma de concha. De ella mana el agua, que cae sobre un depósito de formas redondeadas. Frente a esta fuente se encuentra la pequeña Capilla de Nuestra Señora De Lourdes.
La visita al santuario fue una de las mas agradables de toda la jornada. Pese al intenso calor que hacia en el mes de agosto en la zona las vistas que puedes contemplar y la belleza de la construcción merece la pena parar. A nosotros nos hubiera gustado estar más tiempo pero andábamos muy justos si queríamos visitar el resto de ciudades que se incluían en el itinerario.
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