lunes, 8 de diciembre de 2014

Las ranas también se enamoran

Marta es una madre soltera de 32 años que tiene el corazón partido porque todos los hombres de los que se ha enamorado le han salido sapos. Para ella sólo existe dos tipos de hombres: los sapos y las ranas. Y a partir de ahora va a ir de "rana en rana y se tira a otro porque le da la gana" porque no quiere más sorpresas con el sexo opuesto.

Tuvo a su hija con quince años, Vanesa, y aunque le ha costado mucho sacar todo adelante, ahora es feliz con ella.

Marta trabaja en un taller andaluz llamado Lola Herrera donde hace todo tipo de arreglos y se crean diferentes vestidos para las pasarelas de moda.

Un día, el taller está cerrado porque es la hora de comer y se presenta un hombre llamando a timbrazos como un desesperado. Marta, que está dentro comiendo, se acerca a la puerta y le pide que vuelva por la tarde. Realmente el hombre no vuelve.

Otro día, después de un desfile con los vestidos de Lola Herrera, Marta vuelve a encontrarse con el hombre siendo ambos muy desagradables y acaban discutiendo.

Durante la feria de abril de Sevilla, Marta defiende a unas señoritas que están pasándolo mal con unos hombres y como todos se lían a golpes, aparece el hermano de una de ella y le dice a Marta que se disculpe por empujar a su hermana. Marta que su intención era defenderlas se enfada con el hombre que al final resulta ser el mismo que se presentó en la tienda y no volvió y con el que discutió después de uno de sus desfiles. En ese momento se entera de que se llama Philip y su hermana Karen.
Karen se extraña un poco de que Philip y Marta se hablen de esa forma tan desagradable porque su hermano suele ser muy cortés y además suelen ir las mujeres tras él, pero en este caso no se cumplen las dos reglas con Marta.

Una noche, Marta está con sus amigos (Adrián y Patricia) y su jefa en una caseta de la feria. Allí, se encuentran al de ex de Marta y ésta que aún se sigue acordando de él, decide emborracharse, para olvidar sus penas. Allí también se encontraba Philip y como es lo opuesto a lo que Marta le gusta, ella dice que es su próxima rana. Pero las cosas no ocurren como ella quiere, puesto que el alcohol le juega una mala pasada; así que termina dormida sola en el sofá de la casa de su jefa.

Pasan los días y la feria se acaba, así que todos tienen que volver a su vida normal.

Philip va a la tienda de Lola para entregarle una carta de su padre Antonio. Allí se ve con Marta; la pobre está muy avergonzada de lo que hizo la noche de borrachera y no sabe cómo mirarlo a la cara.

Philip viaja a Londres que es donde vive para indicarle a su padre que ha hecho le ha pedido pero Antonio no recibe respuesta. De repente Lola (la jefa de Marta) se presenta allí ya que está locamente enamorada de Antonio y le dice que si quiere casarse con él. Antonio, que era la respuesta que tanto esperaba, está loco de alegría.

Philip, se acuerda mucho de Marta ya que no es la chica con las que suele salir y sabe que ella no le va a dar el mismo problema que todas sus ex. Él también tiene un juego "De oca a oca y me la tiro porque me toca". Como no puede quitársela de la cabeza le pide a Lola que le dé el correo electrónico de su empleada para pedirle una cita.

Cuando Marta recibe el email, no se lo puede creer y está súper entusiasmada con su nueva rana. Pero lo que iba a ser una cita muy deseada acaba siendo un desastre porque Marta cree que la han dejado plantada. Lo cierto era que el avión privado de Philip se ha quedado sin frenos y ha tenido que hacer un aterrizaje muy malo y por eso se retrasa. Él la llama al restaurante para disculparse y decirla que va a su chófer a recogerla para llevarla a su casa. Sin embargo, ella no quiere ni oírlo y decide irse a su casa.

Al llegar a casa, se presenta Philip con un ramo de rosas precioso para insistir en sus disculpas, pero ella se cierra en banda y no las acepta dejándolo con la palabra en la boca.

Pasan los días y Marta se entera de lo que sucedió realmente con él. Como está muy avergonzada por su comportamiento, le manda correos electrónicos para pedirle perdón aunque no recibe respuesta alguna de su rana.

Un mes después llega la boda de Lola a la que están invitados todos sus empleados. Hay tres ceremonias: una en Madrid, otra en Londres y otra en Londres más íntima.

Durante la ceremonia de Madrid, Marta y Philip se encuentran pero ninguno se dirige la palabra y disfrutan por separado de la fiesta. Cuando llega la una de la mañana Marta se tiene que ir con su hija porque ésta se quiere quedar a dormir a casa una amiga. Marta se acerca al armario de la entrada para buscar los dos abrigos y allí está Philip. Ambos se miran pero apenas se hablan hasta que él la besa apasionadamente y después ella se va con su hija.

Tras dejar a Vanesa en casa de su amiga, Marta va en busca de sexo porque se ha quedado con las ganas con el beso de Philip, pero como no encuentra a nadie que le guste se vuelve a casa donde encuentra a su rana Philip. Allí hacen el amor durante casi un día entero hasta que él regresa a Londres. Ambos quedan como follamigos no quieren una relación seria.

Una semana después, Marta junto a su hija, su jefa y sus amigos se va a Londres a la ceremonia de Lola. Allí, se vuelve a encontrar con Philip pero esa noche no ocurre nada y se va sola a la cama.

A la mañana siguiente cuando todos menos Marta se van a ver Londres, Philip entra en su dormitorio donde ambos vuelven a caer rendidos ante la química que hay entre ellos. Pero solo hay sexo como quedaron, nada de romanticismo; cosa que ambos en el interior les molesta, quieren algo más pero ninguno se atreve a dar el paso.

Pasan los días y Philip no se acerca la casa de su padre hasta que un día sorprende a Marta pidiéndole una cita para cenar. La lleva a su casa y después de cenar están dispuestos a tener un postre muy especial. De repente, el teléfono suena y Philip no lo coge por lo que salta el contestador donde una mujer le dice que quiere ser muy muy mala con él. Marta al oírlo, se siente muy celosa por lo que no quiere seguir con lo que han empezado y se va.

Philip decide que tiene que poner cartas en el asunto porque no quiere perderla. Así que en un momento que se encuentra a solas con Marta, le dice que le gusta y que sabe que ella siente lo mismo. Pero Marta al oírlo, no le dijo que sí porque tiene demasiados problemas ya con su hija.

Philip no se quiere dar por vencido y por eso pretende ponerla celosa y que sea ella la que de el paso. Y así, hace, en la última ceremonia de su padre con Lola, él invita a una chica pelirroja muy sexy y guapa; no para de agasajarla hasta que Marta como una fiera lo coge, lo saca de la fiesta y le dice las cosas más románticas que existen.

Desde ese momento son inseparables, hasta que se tiene que ir Marta a España para seguir con su trabajo. No obstante, Philip la llama todos los días y promete volver a verla cuando acabe un proyecto que tiene en el trabajo.

A los dos días, Philip va a Madrid a verla pero, Vanesa (la hija de Marta) siempre intenta entrometerse en la relación por egoísmo y se comporta de forma rebelde. Vanesa no hace más que darle problemas a su madre y a Philip hasta el punto de que se hace pasar por su madre por teléfono para romper con la relación. Al final lo consigue.

Philip creyendo que Marta era la persona que había roto con él, se va de juerga con otras amigas y sale en la prensa. Marta al verlo en las revistas va a pedirle explicaciones pero éste no se las da y se comporta de forma muy borde con ella. Ese mismo día ella se entera que está embarazada de su amado pero no se lo dice porque éste la ha dejado.

Pasan los meses, Vanesa se va sintiendo cada vez peor porque ve a su madre infeliz y además con un tripa alucinante. Decide que tiene que arreglar la situación así que se presenta en casa de Philip en Madrid cuando éste está allí y le dice la verdad; es decir que ella es la única culpable de que la relación se rompiera y también que Marta espera una hija de él a la que le va a poner el nombre de Noa.

Philip, emocionado, decide que la quiere reconquistar y hacer todo lo posible para que le perdone por lo tonto que ha sido.

Las ranas también se enamoran
Megan Maxwell
Editorial: Versátil
ISBN: 978-84-9292-946-7
Puedes conseguirlo pinchando aquí.

Cada vez que leo un libro de Megan Maxwell, no puedo parar hasta que lo finalizo porque me encantan y me enganchan un montón.

He de decir que en todas las novelas de esta autora, me he emocionado ya sea por una cosa u otra. Cada una de ellas tiene una historia especial que siempre nos hace sonreír a cada una de las lectoras fantaseando con lo que leemos aunque sepamos que esos príncipes azules que se describen son prácticamente imposible de encontrar en la vida real.

Hay un par de características que siempre me la autora mete en todos sus libros y por eso se sabe que son de ella:
  • Alguno de los protagonistas siempre le gusta cantar y/o bailar.
  • Siempre parte de las historias se desarrollan en España y tengo la fortuna de conocer todos los sitios, edificios y monumentos que se describen en el libro; me gusta mucho situarme en cada momento de la lectura.
Viendo que Megan Maxwell es mi escritora favorita después de Agatha Christie, no pararé de leerla hasta que me termine todos sus libros que no son pocos aunque ya llevo casi la mitad. Y, por supuesto, seguiré publicando sus resúmenes por si queréis saber de qué van.

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