viernes, 8 de diciembre de 2017

Open Water Diver, Solo Buceadores (Madrid, España)

Tras la buena experiencia que tuvimos en el bautismo de buceo (más bien después del segundo intento) queríamos sacarnos el carné de Open Water Diver para poder bucear hasta 18 metros de profundidad.

Nos informamos bien porque ya sólo quedaban dos meses y poco para nuestro viaje de novios y queríamos que nos diera tiempo con tranquilidad por si me agobiaba otra vez. Nos dijeron que sin ningún problema lo podíamos hacer así aún estando el agosto cerrado (es decir, al final solo quedaban 6 semanas disponibles para hacer el curso) ya que podíamos hacer un par de clases por semana y después hacer las inmersiones al mar en octubre. Así, que nos apuntamos entusiasmados.

Como a mediados de agosto, reservamos a través de la web para las primeras clases ansiosos por empezar y descubrir este mundo nuevo para nosotros. Pero un día antes de la primera cita nos llevamos una sorpresa: nos habían cancelado todas las clases sin previo aviso y nerviosos, nos metimos en la página y vimos que habían cambiado los días que habitualmente había y el lugar (estaban trasladándose de sitio pero no nos lo comunicaron). Además, ya estaba todo ocupado e incluso habían cancelado la inmersión al mar de octubre.

Nos llevamos un buen disgusto y estábamos enfadados porque no podíamos creer que tras dos cuotas de pago (lo financiamos en 12 meses) nos estuviera pasando eso y ni siquiera habíamos empezado ni con la teoría ni con la práctica.

Nos pusimos en contacto con el centro y les dijimos todos los problemas que nos habían causado:
  1. No había clases para las que apuntarnos
  2. Habían cancelado la inmersión al mar de mes de octubre
  3. En septiembre no sabíamos si podíamos hacerla porque mi pareja tenía un examen importante al que no podía faltar y no sabíamos la fecha aún
  4. Ya no podíamos hacer el curso despacio como nos hubiera gustado.
Estábamos tan desanimados que queríamos borrarnos del curso y olvidarnos del buceo. Pero al atendernos, nos dieron soluciones y nos convencieron un poco para seguir... Tuvimos que hacer un par de clases en piscina y después ir a la inmersión de septiembre con un curso intensivo para sacarnos el carné para cuando nosotros queríamos.

La primera clase estuvo bien porque era tipo snorkel y no me agobié nada por lo que la hice sin problemas. 

La segunda ya nos metimos con el equipo pero fue recordar un poco lo que hicimos en el bautismo por lo que estuvo bien.

Pero ya después fuimos a la inmersión de septiembre (pudimos ir gracias a que no tuvo mi pareja el examen ese fin de semana) al mar. Allí, aunque aparentaba tranquila, estaba histérica ya que no me veía preparada para ello. Además, no nos dieron el manual de la teoría hasta un par de días antes  (que nos lo podían haber mandado cuando nos apuntamos, pero no fue así) por lo que no sabíamos nada.

Cuando llegamos al lugar citado, el mar estaba picado porque había hecho mal tiempo y en esas condiciones me da mucho respeto y no suelo meterme, pero tenía que hacerlo así que saqué fuerzas de no se donde y me puse manos a la obra. ¡Menudo agobio! No se veía nada y el monitor tuvo que buscar algún sitio donde pudiéramos visualizar algo y así hacer los ejercicios. Al final hicimos todo deprisa porque había que meter en dos días las 6 clases que nos quedaban. Acabamos agotados y con agujetas por todos los sitios.

Al volver a Madrid, tuvimos que estudiarnos la teoría muy rápido e hicimos el examen. Aquí he de comentar una cosa, yo por desgracia suspendí; exigían un 75% y yo me quedé a una pregunta con un 72,5%. ¡Me dio mucha rabia! Sin embargo, estaba dispuesta a repetirlo, pero para ello, necesitaba saber los fallos que tenía y por qué para poder repasar eso. Para decirme lo que yo necesitaba, tuvieron que hacerme el examen porque solo sale los fallos cuando se aprueba. Así, que el sistema una vez detecta que has aprobado te manda el certificado pero para mí ese era un problema puesto que no había aprobado yo sino me habían aprobado; cosa que no me pareció muy bien ya que no es una cosa de juego de niños sino que hay muchos riesgos bajo el agua (más de los que me gustaría saber).

A pesar de que los monitores son encantadores y me tranquilizaron un montón con mi problema de agobios... salí con la sensación de no estar preparada para enfrentarme a una profundidad mayor de 4 ó 5 metros (que fue lo que hicimos en el mar) ya que tampoco tenía una estabilidad abajo.

Tras los problemas que tuvimos, nos dejaron volver a un par de clases para estar más seguros y allí aprendimos un poco la estabilidad y más o menos podíamos estar moviéndonos sin estar pegados al suelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario