domingo, 10 de diciembre de 2017

Una boda sencilla, pero preciosa

Hace casi un par de meses, mi pareja y yo nos casamos y hoy os vengo a contar un poco la organización y lo fantástico que fue ese día para nosotros.

Hace más de un año que llevábamos mi pareja y yo prometido; y enseguida nos pusimos a arreglar los papeles para poder casarnos por el registro civil ya que pensábamos hacer algo muy sencillo para ese día y no derrochar el dinero en algo que realmente no le damos tanta importancia (nos interesaba más el viaje de novios, jejeje).

Lo primero que piden son los siguientes papeles: el certificado de nacimiento de cada uno de los futuros cónyuges, el empadronamiento de ambos, fotocopias de los DNI o NIE tanto de la pareja como de los testigos, una declaración jurada del estado civil de ambos y la solicitud de matrimonio. 

Todo eso lo llevamos al principio al registro civil de Villaviciosa de Odón, pero allí tuvimos un pequeño problema: la fecha de la boda se daba un mes antes de la misma; por lo que así es muy difícil organizar una luna de miel perfecta y no muy cara. Por lo que, cuando recibimos el expediente de matrimonio decidimos trasladarlo al de Majadahonda que allí nos aseguraron que nos daba la fecha de inmediato y cuando nosotros queríamos.

Este papeleo lo hicimos en diciembre del año pasado (es decir justo un año ahora) y nos comunicaron en el juzgado de Majadahonda que habían sustituido al juez por otro. El nuevo debía de acomodarse en el sitio y después abrir fechas de boda para a partir de junio (nosotros queríamos en octubre) que ese proceso serían unas 4 ó 5 semanas. Decidimos esperar ese tiempo, pero seguían sin poner fecha a lo que nosotros queríamos y las mujeres que había en la entrada (en este caso solo había personas de sexo femenino) nos contestaba muy mal diciendo "que a ver si el juez tenía que abrir la fecha solo para nosotros, que ya la abrirá el cuando quiera y no cuando nosotros dijéramos". ¡Nos estábamos volviendo locos! Nos sentó tan mal esas palabras y el tener a mis padres pidiendo que fueran allí a ver qué ocurría para no tener que faltar nosotros al trabajo tanto (si lo hubiéramos hecho a estas alturas estaríamos en el paro) que pensamos de nuevo en trasladar el expediente. Y así hicimos, finalmente lo llevamos al ayuntamiento de Majadahonda. Allí fueron muy amables y nos dieron la fecha que queríamos; eso sí, pagando casi 132 euros (el que algo quiere, algo le cuesta, ¿no?) y porque yo estaba empadronada allí sino nos costaba el doble.

Una vez, que ya por fin tuvimos el día deseado; pensamos en los invitados; fueron muy pocos porque queríamos una boda de lo más sencilla solo con padres y hermanos. Y así hicimos las invitaciones a mano.

Después busqué por internet el vestido que quería ya que no estaba dispuesta a gastarme un dineral siendo tan sencillo. Lo encontré en una tienda llamada Jjshouse donde uno envía las medidas y te lo mandan a casa perfecto y de muy buena calidad por muy poco dinero. Mucha gente se echó las manos a la cabeza por lo que había hecho pero no me importaba porque era lo que yo quería y solo lo encontré ahí. Cuando lo vieron y supieron que me quedaba genial (está mal que yo lo diga pero es así), se quedaron alucinados. Lo mismo ocurrió con las horquillas del pelo.

También por internet encontré un fotógrafo (del que os hablaré en la entrada siguiente) que nos ha hecho un reportaje estupendo por muy buen precio y recomiendo al 100%.

Ya solo quedaba el traje del novio, mis zapatos, mi ramo y el restaurante. Todo esto lo hicimos en el último momento, pero aún así nos dio tiempo. Lo último que hicimos fue la reserva del lugar de la comida, que fue como dos semanas antes porque no queríamos decir que era una boda para que no nos clavaran más de lo que cuesta un menú grupal que fue lo que pedimos. No queríamos camareros solo para nosotros ni nada de esas cosas que se suele hacer en las bodas (tarta, baile, etc). Simplemente queríamos una comida normal y corriente con nuestros familiares más allegados para celebrar nuestro enlace.

Ya con todo hecho a dos semanas de la ceremonia, no podía salir nada mal. Y así fue, un día precioso del que todos disfrutamos y se pasó muy rápido. No lo cambiaría por nada del mundo porque fue exactamente como nosotros queríamos.

Una última cosa que quiero indicaros para cuando os caséis, mirad bien que todos los datos estén correctos en el nuevo libro de familia antes de salir del registro civil; puesto que si hay un error, os toca volver como nos pasó a nosotros. Además, lo corrigen con tipp-ex y se quedan tan anchos poniendo un sello encima para que así ya sí que no se vea el nombre.

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